León XIV en su primera Navidad hace un llamado a la paz mundial por al menos un día
En una Navidad marcada por el cierre del Año Santo Jubilar, el Papa León XIV ha utilizado su primer mensaje Urbi et Orbi y sus intervenciones previas para lanzar un desafío directo a la comunidad internacional: detener la violencia, aunque sea por 24 horas.
El Pontífice, que ha tomado el relevo de la Iglesia en un clima de alta tensión global, centró su mensaje en la responsabilidad personal y la urgencia de la reconciliación.
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Antes de las celebraciones principales, a su salida de Castel Gandolfo, el Papa realizó una petición inusual y pragmática dirigida a todas las personas de buena voluntad: un día de paz global:
"Que respeten, al menos en la fiesta del nacimiento del Salvador, un día de paz. Tal vez nos escuchen y haya 24 horas de paz en todo el mundo", expresó el Pontífice.
Esta solicitud cobró especial relevancia ante la negativa de Rusia a una tregua navideña, un hecho que León XIV lamentó profundamente, manteniendo la esperanza de que el llamado de la Iglesia logre "marcar la diferencia" en el último momento.
Durante la Misa de Navidad, el Papa condenó con firmeza las guerras tanto activas como terminadas que continúan dejando "heridas abiertas" en la sociedad. Hizo especial énfasis en los conflictos que azotan Tierra Santa (Israel y Palestina) como Ucrania, Myanmar, Sudán y Haití.
Desde el balcón de la Basílica de San Pedro, León XIV recordó que el nacimiento de Jesús en la pobreza de un pesebre es una identificación directa con los marginados, migrantes y explotados.
Para el nuevo Papa, la paz no es un concepto abstracto o la simple ausencia de disparos, sino un fruto de la responsabilidad personal:
"Dios, que nos ha creado sin nosotros, no puede salvarnos sin nosotros", citó.
Estas celebraciones no solo representan las primeras Navidades de su pontificado, sino que simbolizan el cierre del Año Santo Jubilar.
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