Los buques de guerra de Estados Unidos avanzan por el mar Caribe
Este 24 de agosto, el Caribe podría presenciar la llegada de tres destructores de guerra de Estados Unidos a aguas cercanas a Venezuela, como parte de una misión destinada a intensificar la lucha contra los carteles de la droga que operan desde ese país suramericano. La operación, que incluye 4 000 efectivos militares, submarinos y aviones, apunta de manera directa al denominado Cartel de los Soles, presuntamente vinculado al presidente Nicolás Maduro.
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La ofensiva responde a una directiva firmada por el entonces presidente Donald Trump, que autoriza el uso de la fuerza militar en América Latina para combatir a los cárteles de la droga, a los que calificó como “terroristas”. En este marco, Washington elevó a 50 millones de dólares la recompensa por la captura de Maduro, acusándolo de ser uno de los principales narcotraficantes del mundo y señalando supuestos vínculos con el Tren de Aragua, el Cártel de Sinaloa y el propio Cártel de los Soles.
La tensión va en aumento
De acuerdo con la secretaria de Justicia, Pam Bondi, las autoridades estadounidenses han incautado más de 700 millones de dólares en bienes relacionados con el gobierno venezolano, incluidos aviones privados y vehículos de lujo. Para Washington, este nivel de implicación criminal representa una amenaza directa a la seguridad nacional de Estados Unidos, lo que justificaría la presencia militar en la región.
La reacción de Caracas fue inmediata. A través de un comunicado, Nicolás Maduro rechazó las acusaciones y acusó a Estados Unidos de “carecer de credibilidad” y de montar un “show mediático” para desviar la atención de problemas internos como el escándalo de Jeffrey Epstein. Además, aseguró que la “dignidad venezolana no está en venta” y denunció una campaña de propaganda con fines políticos.
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En respuesta a la escalada de tensión, el mandatario venezolano anunció el despliegue de 4,5 millones de milicianos en todo el país, bajo lo que denominó un “plan de paz” destinado a garantizar la soberanía nacional. Paralelamente, cientos de jóvenes chavistas fueron convocados a entrenamientos intensivos para patrullar calles y apoyar labores de seguridad. Con este cruce de advertencias, la crisis entre Washington y Caracas se adentra en un nuevo capítulo, marcado por el riesgo de confrontación directa en el Caribe.