Cartel de los soles: ¿leyenda o amenaza real?
Las primeras menciones a la existencia de una organización criminal venezolana conformada por militares de alto rango, que permitían el flujo de grandes cantidades de droga, surgieron durante la presidencia del fallecido Hugo Chávez.
Por años su existencia fue prácticamente una leyenda urbana que creció cuando Nicolás Maduro llegó al poder, pero en 2020, la denuncia formal llegó desde Estados Unidos, durante el primer mandado de Donald Trump.
El entonces fiscal general estadounidense, William Barr, acusó a Maduro de liderar ese grupo narcoterrorista que introducía toneladas de cocaína a su país. El Departamento de Estado ofreció la primera recompensa por su captura: USD 15 millones.
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El cartel de la dictadura venezolana
Según las investigaciones estadounidenses -y el testimonio de 14 involucrados capturados-, el Cartel de los Soles cuenta con toda la estructura de poder del Estado venezolano para operar. Sus miembros de la altas esferas del gobierno, facilitan el paso de la droga a Venezuela y su traslado por puertos y pistas clandestinas a Centroamérica, Europa y Estados Unidos.
La organización criminal es señalada de tener vínculos con grupos armados como el Tren de Aragua, la guerrilla del ELN y carteles mexicanos como el de Sinaloa.
Para blanquear los cientos de millones de dólares que obtienen, utilizan un esquema de lavado que incluye la compra de hoteles y restaurantes en varios países, la adquisición de oro y transacciones con criptomonedas.
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Nicolás Maduro, cabecilla de un grupo terrorista
Con el regreso de Trump, las acusaciones en su contra subieron de nivel.
El discurso de la Casa Blanca es que el Cartel de los Soles es un grupo terrorista que amenaza la seguridad de la región.
Se ofrece una recompensa histórica de USD 50 millones por su cabecilla, Maduro, así como otros 25 millones por el número dos de su régimen, Diosdado Cabello y 15 millones más por el ministro de defensa, Vladimir Padrino López.
Como un desafío, los tres aparecieron juntos en un evento en Venezuela la noche del martes. Niegan la existencia del Cartel de los Soles y se blindan con soldados y civiles armados para reforzar la seguridad del territorio ante la posibilidad de la llegada de barcos estadounidenses a las costas venezolanas, para su su captura. También infunden miedo entre sus filas, por el temor de que una traición ponga fin a su red criminal.