El camarlengo, la persona que administra la Iglesia tras la muerte del Papa Francisco
La muerte del Papa Francisco ha dejado vacante el cargo de máxima autoridad en la Iglesia católica. Durante el período de transición hasta la elección de su sucesor, la figura encargada de la gestión del Vaticano es el camarlengo, el cardenal estadounidense-irlandés Kevin Farrell. Designado por Francisco en 2019, Farrell ahora se enfrenta a la delicada tarea de supervisar los ritos funerarios y la organización del cónclave para elegir al nuevo papa.
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El rol del camarlengo en la administración del Vaticano
El camarlengo tiene la importante responsabilidad de asumir la administración de la Iglesia tras el fallecimiento de un Papa, supervisando los preparativos para el cónclave y el funeral papal. Este lunes 21 de abril, Farrell presidirá el rito donde se confirmará oficialmente la muerte de Francisco.
Tras este evento, el Papa será colocado en un féretro y las autoridades vaticanas se prepararán para las siguientes etapas del proceso de sucesión. Farrell tiene un conocimiento profundo de la organización vaticana, habiendo sido encargado de dirigir el dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, así como presidente del Tribunal de Casación del Vaticano desde principios de 2024.
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¿Quién es el camarlengo?
Kevin Farrell, de 77 años, tiene una larga trayectoria en la Iglesia, habiendo dedicado gran parte de su sacerdocio a la comunidad estadounidense. Vivió cerca de 30 años en la región de Washington y nueve en Dallas.
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Su nombramiento como cardenal por el Papa Francisco en 2016 fue en reconocimiento a su labor pastoral. A lo largo de los años, Farrell se ha distinguido por su sentido del humor y su dedicación a las causas sociales, siendo también responsable de reorganizar los dicasterios en el Vaticano.