Horses, 50 años del primer galope de Patti Smith, la madrina del punk

Horses, uno de los discos que edificaron lo que después se llamaría punk, cumple 50 años y Patti Smith lo celebra con una gira mundial y una nueva reedición del álbum.
La cantante, compositora y escritora estadounidense Patti Smith durante el concierto ofrecido en el Teatro Real, en Madrid, con el que conmemora el 50 aniversario de su icónico álbum ‘Horses’. EFE/JuanJo Martín()
17 oct 2025 , 14:44
Jorge Hernández

Como el recuerdo de una rebeldía incendiaria, este 6 de octubre de 2025, Patti Smith, de 78 años, subió al escenario en Dublín, Irlanda, para convocar al espíritu de su álbum Horses, que cumple 50 años de existencia. En la tierra del irlandés James Joyce, escritor de la interminable novela Ulises, inició su gira mundial de aniversario, para pasar luego a España, cuna del poeta gitano que vivió en Nueva York para huir de la dictadura militar de Francisco Franco, cuya voz aguda y estatura de 1.63 no justificaba su autoridad. Hablamos de Federico García Lorca, autor que Smith admira. La Madrina del Punk nunca escribió sin la influencia de la literatura en su mesa de noche.

El miércoles 8 de octubre, Patti Smith se presentó en Madrid, donde pudo verse y sonreír con la artista barcelonesa Rosalía. La poetisa del rock respiro hondamente y soltó un raposo gruñido, un aullido que nacía de hace medio siglo, cuando tenía 28 años y quería combinar el rock con la poesía. En esa época, el punk no existía y más que la imagen, era actitud. Ella era el espíritu de lo que se volvió uno de los mayores fenómenos culturales nativo de los medios de comunicación.

El 10 de octubre, dos después de su presentación en Madrid, Patti Smith lanzó la edición conmemorativa de Horses, por el aniversario de los 50 años. En este lanzamiento, la madrina del Punk muestra ocho canciones inéditas que llevan guardadas medio siglo y versiones demo y en vivo de las canciones clásicas.

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El punk antes de ser punk

Antes de que el punk suene y se vea punk, varios artistas de Estados Unidos e Inglaterra hacían música y se comportaban de forma trasgresora. Entre ellos se encontraba Patti Smith, una especie de predicadora de la poesía maldita, amante del poeta francés Rimbaud y adoradora de la Generación Beat, movimiento cultural y literario, consecuencia de la Segunda Guerra Mundial, que rechazaban los valores tradicionales.

Patti Smith fue bautizada como la Madrina del Punk cuando en octubre de 1975, dos años antes de que oficialmente naciera el subgénero del rock, creó Horses, un álbum que está entre los primeros ladrillos para construir la base de lo que se volvió este ritmo. Pura actitud sonora encapsulada en un disco de acetato vestido con una portada que escandalizó la familia estadounidense de la época.

"Cuando grabamos Horses yo esperaba comunicarme con mentes semejantes, con los inadaptados, privados de derechos, aquellos que se alejaban de la pista habitual", explicó la también poetisa en una publicación reciente de Facebook. El blanco del disco de Patti Smith era la gente que vivía en el margen de la tradicional formal. Ahí la necesidad de enfrentar y escandalizar.

Patti Smith, igual que otros artistas catalogados como proto-punk como Television o The Voidoids, tocó en el ahora inexistente bar CBGB de Nueva York, Estados Unidos, que se volvió epicentro de la escena musical de esa época. Horses extrajo la mística que Smith generaba en sus conciertos: una posesión poética acompañada de puro rock and roll.

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Horses, una pieza musical de pura rebeldía

Desde el primer verso que lanza Patti Smith en el álbum Horses, el disco se adentra en un estado de pura rebeldía. En los primeros segundos de la canción Gloria, originalmente del irlandés Van Morrinson, Smith altera la letra y canta “Jesus die for somebody sins, but not mine / Jesús murió por los pecados de otro, pero no los míos”. Enseguida, la Madrina del Punk cuenta una historia de atracción y obsesión cuando un hombre ve a una mujer. El pecado.

Para producir Horses, Patti Smith se encerró con el guitarrista Lenny Kaye, el baterista Jay Dee Daugherty, el bajista Ivan Kral y el teclista Richard Sohl, en Electric Lady Studios, creado por el guitarrista Jimi Hendrix. Este álbum fue el segundo producido por el inglés John Cale, uno de los exmiembros de la banda The Velvet Underground, pioneros en el uso de recursos visuales en los conciertos y padres del rock alternativo, y quien también participó en la producción del primer disco de The Stooges por el que Iggy Pop fue bautizado El Padrino del Punk.

Desde Gloria, el disco atraviesa por un río de diferentes ritmos, entre el reggae, jazz, folk, hasta llegar a un recital poético acompañado por riffs rocanroleros que le dan actitud cuando Patti Smith repite “Horses, horses, horses, horses”. Esa misma estrofa es la que recordaría Lenny Kaye, guitarrista que acompaña a Smith, cuando escuchó a Johnny Lyndon, cantante de Sex Pistols, hablar de ellos al escucharlos en Londres, pero solo para preguntarse: “¿Qué es esa m*****?”, como se recopiló en el documental Las Siete Eras del Rock de la BBC en 2007.

Horses es un álbum que antecedió la actitud punk antes de que la estética refleje la rebeldía. Patti Smith no usaba chaquetas de cuero con picas, ni piercings ni tatuajes, ni crestas, como sería la primera imagen de una punkera. Ni la música se basaba en riffs acelerados y toques bruscos de guitarra, como después se encasilló al género, sino que era más vinculado a un rock clásico, acercándose al jazz. La madrina nació antes de la caricatura del punk rocker.

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La portada de un disco que escandalizó

Detrás de la imagen está el fotógrafo Robert Mapplethorpe, quien fue pareja de Patti Smith hasta que se dio cuenta de su homosexualidad y con quien vivió en el Hotel Chelsea, icónico sitio que también lo recorrió los escritores beat, Allen Ginsberg y Williams Burroughs, hasta el mismísimo Bob Dylan. Fue Mapplethorpe el que le tomó la fotografía que cubriría el primer disco vinilo de Smith.

Patti Smith, como mirando a su amante que se encuentra detrás del lente, fija sus ojos como si se comunicara telepáticamente. Ella, vistiendo una camisa blanca, pantalón negro, un corbatín desarmado, sin maquillaje y sosteniendo una chaqueta en el hombro, desafió al rockero masculino que dominaba la escena en una sola imagen. La portada como la música era emisión de pura rebeldía.

“Mapplethorpe tomó como doce fotos y aproximadamente en la octava dijo 'La tengo'”, confesó Patti Smith a la New York Magazine en 2005. “Yo le pregunté: ¿Cómo lo sabes?, y él respondió: Simplemente, lo sé”, agregó la poetisa del punk, dejando claro cómo el instinto marca la imagen que perdura en el tiempo.

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Los caballos malditos de Patti Smith

El álbum Horses iba a lanzarse el 20 de octubre de 1975. Sin embargo, por problemas técnicos lo pasaron para el 10 de noviembre de ese mismo año. Las dos fechas giran en torno a Arthur Rimbaud, el poeta maldito francés, pues los dos días marcan su fallecimiento y natalicio. No es un secreto que Patti Smith ama a Rimbaud, pues su disco debut es un homenaje al más joven de los poetas malditos.

Otro de la pandilla francesa, el poeta Charles Baudelaire está entre los autores que se encuentran en la biblioteca de Patti Smith y maestro para crear los versos rabiosos que se escuchan en Horses. Smith utilizó su disco debut para exorcizar el alma maldita, herencia de los franceses.

El inglés romántico William Blake, conocido por ser anarquista cristiano con una visión única sobre Jesús, también es nombrado en el desarrollo de Horses. Sylvia Plath, la poeta suicida de mediados del siglo XX, se encuentra entre los versos de Patti Smith y su forma de representar la feminidad y la sensibilidad.

Por último, galopando cerca de ella, el novelista William Burroughs y el poeta Allen Ginsberg, ambos de la Generación Beat, nietos de los poetas malditos, eran parte de la influencia de Smith al momento de escribir las canciones de su álbum debut. Para Patti Smith, como escribió en su libro Cuando éramos niños (2010), su disco era "rock de tres acordes fusionado con el poder de la palabra". Y así, como cuando nació el universo, con Horses primero vino la palabra, después de la música.

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