Las muertes más dolorosas en los videojuegos que todavía nos parten el corazón
En el universo gamer hay momentos que dejan huella, y no precisamente por su nivel de dificultad, sino por su carga emocional. La redacción digital de Mundo Gamer recopiló algunas de las muertes más dolorosas de los videojuegos, esas que los jugadores aún no logran superar.
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La lista comienza con una de las más controversiales y tristes de la última década: la muerte de Joel en The Last of Us Part II. La escena, protagonizada por Abby, sigue dividiendo opiniones y dejando cicatrices entre los fans que acompañaron su historia desde el primer juego.
Otra pérdida que marcó al público fue la muerte de la tía May en Spider-Man, un momento que obligó al héroe arácnido a enfrentar el duelo más profundo de su vida.
Retrocediendo en el tiempo, también se recuerda la heroica despedida de Dom en Gears of War 3. Su sacrificio para salvar a sus amigos es considerado uno de los momentos más desgarradores de la saga. Muchos jugadores aún confiesan que esa escena los hizo llorar frente a la pantalla, especialmente por el cierre simbólico con su esposa María y sus hijos.
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En el terreno de los juegos independientes, destaca Valiant Hearts: The Great War, una obra que retrata el drama de la Primera Guerra Mundial. Su desenlace, con la muerte de Émile y el perro junto a su tumba, es recordado como una de las secuencias más injustas y conmovedoras del medio.
Más recientemente, el candidato al GOTY 2025, Clair Obscur: Expedition 33, también se ha ganado un lugar en este recuento. En su primer acto, la muerte de Gustave a manos de Renoir sacude emocionalmente al jugador, que apenas ha tenido tiempo de encariñarse con el personaje.
Finalmente, ningún listado estaría completo sin mencionar a Arthur Morgan, el protagonista de Red Dead Redemption 2. Su frase —“No podemos cambiar lo que ya está hecho. Solo podemos seguir adelante”— resume su trágico destino. Víctima de la tuberculosis, Arthur muere con el honor en alto, encontrando su redención en los últimos minutos del juego.
Estas historias recuerdan que los videojuegos no solo son entretenimiento, sino experiencias narrativas capaces de generar empatía, tristeza y reflexión, dejando una marca imborrable en quienes las viven.