Marcela Aguiñaga, candidata... presidencial
Podría decirse, sin lugar a dudas, que es la única dirigente política que entiende con claridad el momento que vive el país. Y que aprovechando varias de sus ventajas comparativas, decidió abandonar la Revolución Ciudadana para construir (o intentar hacerlo) lo que últimamente se reclama: una tercera vía que lleve a Marcela Aguiñaga a la Presidencia de la República en 2029.
La hoja de ruta es clara:
Claro, todo este recorrido dependerá de un factor que, por ahora, Aguiñaga no controla. Por ejemplo, el grado de debilidad que acumule la RC5, si es que ello ocurre.
A decir del silencio de todos los mandos medios de esa organización: Pabel Muñoz, Paola Pabón, Jota Lloret, Leonardo Orlando, Viviana Veloz, etc., la salida de la Prefecta los dejó en una posición incómoda.
Si le muestran su solidaridad, se ganarán la antipatía de Correa, el único personaje que aprueba o niega sus candidaturas, bajo el convencimiento de que el expresidente tiene el control absoluto de la maquinaria partidista y eso es lo más importante para ganar una elección.
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En un año se sabrá si Aguiñaga tiene en realidad la popularidad y fuerza para enfrentar al correísmo como adversario. Si no lo logra, su plan presidencial puede fracasar. Y si vence se habrá inaugurado la tercera vía.