IDV: Lección de humildad y disciplina en la Sudamericana

El exceso de confianza le pasó factura a Once Caldas, mientras Independiente del Valle demostró que en la Sudamericana no ganan las nostalgias, sino la seriedad y la planificación.
Los jugadores de Independiente del Valle celebran en Colombia la clasificación a semifinales de la Copa Sudamericana ante Once Caldas.()
25 sep 2025 , 12:10
Marco Carrasco

Independiente del Valle lo volvió a hacer. En un estadio Palogrande vestido de fiesta, donde Once Caldas ya se veía semifinalista de la Copa Sudamericana, el Matagigantes ecuatoriano apareció con la seriedad y temple que lo caracterizan y arruinó el festejo anticipado a los colombianos.

A Dayro Moreno y a la hinchada manizaleña no les alcanzó la nostalgia de haber ganado la Libertadores -hace 21 años- ni mucho menos el 0-2 de la ida en Quito para meterse entre los cuatro aspirantes al título de esta Copa Sudamericana: IDV les dio una lección de humildad y disciplina.

Lo de Independiente no es casualidad. Dos títulos de Sudamericana (2019 y 2022) y finales recientes lo respaldan. No es un club que se deslumbre por escenarios hostiles ni rivales con más cartel; sabe sufrir, esperar su momento y golpear con contundencia.

En Manizales, Michael Hoyos fue el héroe con dos goles que revivieron a un equipo que jamás se resignó, pese a no ser favorita tras haber perdido como local el primer juego de la serie. Ya en los penales, su serenidad se impuso al nerviosismo local: un guion repetido donde los ecuatorianos parecen moverse con naturalidad.

Once Caldas creyó que la historia estaba escrita de antemano, y ahí radica la gran lección. En el fútbol sudamericano no basta con la camiseta ni con la épica pasada; la humildad y el trabajo de largo plazo pesan más que la nostalgia de un título lejano. Independiente lo demuestra una y otra vez: no se trata de prometer, sino de ejecutar en la cancha.

Ahora el reto será Atlético Mineiro, un club que llega con lo justo, agobiado en su liga local y sostenido por chispazos individuales. Pero en el fútbol nunca se debe confiar en la debilidad del rival. Y si hay un equipo que entiende eso, es IDV.

Los rayados no miran por encima del hombro a nadie, ni siquiera a un Galo tambaleante. Porque saben que en torneos internacionales la humildad es la mejor arma para llegar lejos.

Independiente del Valle ya no sorprende: incomoda, compite y gana. Y en un continente donde muchos clubes todavía se creen gigantes por historia, el equipo de Sangolquí recuerda que en el fútbol actual los títulos se construyen con seriedad, no con recuerdos, ni mucho menos festejando antes de jugar el partido. Esa es la lección que en Colombia les toca aprender a la fuerza.

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