03 ene 2024 , 14:00

Consulta popular 2024: si las preguntas fueran aprobadas por la ciudadanía, al día siguiente nada habrá cambiado

La consulta popular que impulsa el gobierno se trata de un cuestionario monotemático que, aunque aborda la materia de seguridad, se diluye en asuntos que se pueden resolver con voluntad política.

La consulta popular de 11 preguntas que presentó el gobierno resulta ser la versión criolla más contemporánea del parto de los montes.

El problema no está en el enfoque que apunta hacia la seguridad, la principal preocupación de la ciudadanía. El problema está en que ese abordaje a la inseguridad, ya sea por el rol de las Fuerzas Armas, por el control de las cárceles, por la forma de combatir el crimen: Endureciendo las penas, eliminando beneficios, todo eso o ya se puede hacer o se lo puede viabilizar sin una consulta.

Y además, de la consulta están ausentes temas económicos o laborales. No hay reformas estructurales a la corroída institucionalidad del estado. No hay criterios que desbloqueen el sistema político por el lado de los partidos, tampoco se atiende al sistema electoral ni al Consejo de Participación Ciudadana o la Judicatura, solo por nombrar algunos de los más cuestionados estamentos.No se apunta hacia un fortalecimiento de la democracia y las razones de ello las deberá dar el gobierno en algún momento.

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Por ahora, reconocen que no se están planteando grandes reformar y que bien se las podría hacer por otras vías. Entonces, ¿por qué la consulta? en el documento que acompaña a las preguntas sostienen que esta es la vía elegida porque buscan que el mandato popular defina la agenda legislativa en materia penal, como si eso no se pudiera hacer a través de diálogos o del pacto de gobernabilidad al que se aferra el oficialismo.

Entonces, la consulta no tiene mucho más sostén que el ser una oferta de campaña. Más sencillo es responder qué no es la consulta. No es el vehículo de las transformaciones que muchos imaginaron. No es original ni luce como imprescindible para el país.

De hecho, si las preguntas fueran aprobadas por la ciudadanía, al día siguiente nada habrá cambiado, porque recién entonces el gobierno deberá remitir proyectos de ley a la Asamblea donde se generarán discusiones que se extenderán por meses, y habrá que ver de allí que mismo sale.

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Lo cierto es que la consulta popular al gobierno no le va a dar más velocidad ni más instrumentos para solucionar los problemas de la gente. Y es que para ello no son necesarias 11 preguntas, sino que prime la lucidez, la visión estratégica, el liderazgo y la voluntad política.

¿Qué gana el presidente con la consulta? Eso estará por verse. Lo que sí está claro es que el país no gana nada

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