24 sep 2014 , 04:28

Pescador sobrevivió 8 días en el mar gracias a una hielera

Él sobreviviente tuvo que comer pájaros y tortugas para sobrevivir.

El pescador Raymundo Rodríguez Noyola sobrevivió ocho días en altamar, pese al alto oleaje provocado por el huracán Polo. Sólo comió cuatro “pájaros” y una tortuga, pero la hielera donde transportaría los tiburones y cazones que pescó junto a su compañero Mario Morales Monge, quien falleció un día antes de que a él lo rescataran, fue lo que lo ayudó a mantenerse con vida.

 

Los trabajos de búsqueda de la Marina Armada de México para rescatarlo habían terminado ya cuando hallaron el cuerpo de Mario, horas antes de que fuese rescatado por los tripulantes del velero U-Fin a 15 millas náuticas, alrededor de 30 kilómetros, de la isla La Roqueta.

 

Mario y Raymundo zarparon de la playa Manzanillo el 14 de septiembre aunque había restricciones para la navegación pequeña, por el alto oleaje provocado por el huracán Polo; además, sin que su lancha, Tiburonera III tuviera los permisos correspondientes de la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (Conapesca) para adentrarse al mar, mucho menos en “alta pesca”, que es la que practicaron ambos al ir tras cazones (tiburón pequeño) y tiburones a unas 50 millas.

 

Mientras la familia de Mario, un veterano que dedicó más de 40 años de su vida a la pesca, velaba a éste en la playa Manzanillo la noche del lunes, la hermana de Raymundo, Natividad Rodríguez, daba “gracias a Dios” porque su hermano fue rescatado y llevado a la Base Naval del puerto, donde estará hasta que se recupere de la deshidratación y escoriaciones provocadas por el sol.

 

Abelardo Cuevas, de la cooperativa “Pescador Extraviado”, compañero de Mario y de Raymundo quienes pertenecían a “Paseo del Pescador”, se siente sorprendido por cómo se salvó: “ya había suspendido la búsqueda, la Marina trajo el cuerpo de Mario al malecón y todos pensamos que Raymundo ya no la iba a hacer, y la hizo. ¡Vivió, vivió!”.

 

En un video difundido desde su Facebook, Nai Vázquez, uno de los tripulantes del velero U-Fin mostró cómo fue el rescate de Raymundo, cuyo nombre en de origen alemán significa “protegido por el consejo divino”. Este navegaba casi sin vida en la hielera de 500 kilógramos, se cubría del sol con su playera azul.

 

¡Te vamos a rescatar!, ¿Qué tienes en la caja?, le decían los tripulantes del yate.

 

Luego, se observa que cuidadosamente los señores lo ayudaron a subir al velero, le dieron agua mineral y avisaron a la Capitanía del Puerto.

 

El superviviente contó que amarró a su compañero, pero que a diferencia de él no comió pájaros (gaviotas), cuya sangre le sirvió como agua para mantenerse un poco hidratado; tampoco comió carne de tortuga y falleció.

 

 

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