08 feb 2015 , 09:41

Nigerianos y oposición ven el retraso electoral como un revés democrático

La Comisión Electoral Independiente anunció ayer su decisión de aplazar los comicios por seguridad.

La decisión de la Comisión Electoral de Nigeria de retrasar las elecciones presidenciales y legislativas seis semanas, para celebrarlas el 28 de marzo, ha sido recibida por la ciudadanía y la oposición como un nuevo "revés" a la democracia nigeriana.

 

Tras semanas de rumores sobre el retraso de los comicios, previstos inicialmente para el próximo sábado día 14, la Comisión Electoral Independiente de Nigeria (INEC, en inglés) anunció anoche su decisión de aplazar los comicios por razones de seguridad.

 

Aunque varios dirigentes ya habían sugerido aplazar los votos por la falta de tiempo para distribuir el material electoral, el argumento que finalmente ha dado la INEC es la falta de seguridad en el norte del país, donde el grupo yihadista Boko Haram controla amplias zonas y atenta casi a diario.

 

El presidente del organismo electoral, Attahiru Jega, reconoció que "el nivel de preparación de la Comisión, excepto por algunos desafíos, es suficiente para conducir unas elecciones libres, justas y creíbles el 14 (presidenciales y legislativas) y el 28 de febrero (estatales)".

 

"Pero -advirtió- hay otras variables igualmente cruciales que están fuera del control de la INEC. Una variable importante es la seguridad en las elecciones".

 

Jega explicó que, según las agencias de seguridad nigerianas, son necesarias al menos seis semanas para concluir una gran operación de seguridad contra los insurgentes en el noreste.

 

Mientras algunos miembros de la propia INEC calificaban la decisión de "chantaje político a la ciudadanía", la oposición criticaba el movimiento como "un grave paso atrás" en la democracia nigeriana.

 

El principal partido opositor, Congreso de Todos los Progresistas (APC, en sus siglas en inglés), se reunirá hoy para estudiar las implicaciones de esta decisión e informará a los nigerianos de su decisión "en los próximos días".

 

Para el APC, el retraso electoral es una maniobra del presidente y aspirante a la reelección por el gobernante Partido Democrático del Pueblo (PDP), Goodluck Jonathan, para evitar su inminente derrota en las urnas.

 

No en vano, numerosos nigerianos auguran ya en las redes sociales el duro revés que va a sufrir Jonathan: "Solo pueden retrasar el cambio, da igual lo que tarde", dice Wale Adetona en su cuenta de Twitter, un experto en medios digitales.

 

Con todo, el presidente del APC, John Oyegun, llamó a los nigerianos a mantener la calma y a renunciar a la violencia a pesar de que la decisión era "altamente provocativa", admitió.

 

El Gobierno de Estados Unidos expresó también hoy su "profunda" decepción por el aplazamiento de las elecciones, en lo que el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, calificó de "injerencia política inaceptable", recogen medio nigerianos.

 

Grupos de manifestantes se echaron a las calles de Abuya ayer cuando comenzó a difundirse la decisión de las autoridades electorales: "No es justo, la INEC tuvo cuatro años enteros para preparar estas elecciones", afirmaba Sadatu, una vecina de la capital.

 

Mientras los ánimos se caldean en las calles de Nigeria, el Ejército ha desplegado tropas en lugares clave para atajar cualquier protesta que se pueda producir, constató Efe.

 

Casualmente, el retraso de las elecciones se ha acordado un día después de que Jonathan expresara su malestar con el semanario británico The Economist por publicar un artículo en el que respaldaba a su rival en las presidenciales y candidato por APC, Muhammadu Buhari.

 

Todo apunta a que la demora es una maniobra de Jonathan para ganar tiempo, acosado por su mala gestión del conflicto abierto con Boko Haram, que se ha cobrado 8.000 víctimas desde 2.009 y al menos 3.000 en el último año.

 

No es la primera vez que Nigeria aplaza unas elecciones, ya que en 2011 la INEC -también con Jega al frente- aplazó unos días las parlamentarias por la falta de material electoral en los colegios.

 

Además, los comicios previos de 2003 y 2007 fueron calificados de fraude masivo y transcurrieron entre manifestaciones de violencia e intimidación contra los votantes. 

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