27 jun 2021 , 13:06

La vacuna llega a la Amazonía pero el problema es el acceso a la Salud Pública

El 24 de junio inició el plan piloto en la población Waorani

La Secretaria de Derechos Humanos incluyó en el Plan de Vacunación 9/100 a las comunidades del pueblo Waorani, que están asentados en tres provincias: Orellana, Pastaza y Napo.

126 personas dentro de la zona intangible del Parque Nacional Yasuní (ZITT) accedieron a vacunarse contra Covid 19.

¿Cómo ha sido la pandemia para los Waorani?

En mayo de 2020, la Nacionalidad Waorani Denuncia Negligencia Estatal y Presenta Acciones Legales por Propagación de COVID-19 y Fallecimiento de Pikenani con Síntomas Asociados
En mayo de 2020, la Nacionalidad Waorani Denuncia Negligencia Estatal y Presenta Acciones Legales por Propagación de COVID-19 y Fallecimiento de Pikenani con Síntomas Asociados ( )

Gilberto Nenquimo, Presidente de la Nacionalidad Waorani, cuenta que en marzo de 2020 se prepararon para que el Coronavirus no llegue a sus comunidades pero fue inevitable.

El epicentro de la pandemia fue en Miwaguno, en la provincia de Orellana donde tienen contacto con otras nacionalidades y empresas relacionadas a la explotación petrolera. El virus se expandió rápidamente a todas las comunidades.

Hasta noviembre de 2020 tuvieron un contagio masivo en todo el territorio Waorani.

“El año pasado hubo 3 muertos, uno confirmado de Covid 19 y dos con sospecha de esta enfermedad. En 2021, hubo un fallecido con coronavirus, sí recibió atención en el hospital público pero murió, además, tenía otras enfermedades”, explica Nenquimo.

Según el líder Waorani, el ministerio de Salud Pública, de la administración anterior de Lenin Moreno, realizó pruebas PCR y rápidas en el territorio. Los resultados evidenciaron que varias personas se contagiaron de covid 19 sin presentar síntomas. Se presume que el 87% de la población tuvo el virus. Actualmente reportan casos asilados.

"Hemos tratado a los enfermos con medicina de la selva, también con medicina occidental", aclara Nenquimo.

La antropóloga y docente de la Universidad Católica, Andrea Bravo, quien ha trabajado por años en territorio Waorani hizo un estudio durante la pandemia y evidenció que hubo falta de recursos para pruebas y tratamientos.

"Si en la ciudad no se podían hacer tantas pruebas, imagínate en la amazonía... Voy a tomar las palabras que escuché a un director de salud que decía: vivimos con un silencio epidemiológico, porque en realidad los pueblos indígenas no solo que no tienen acceso sino que las muertes de ellos son invisibilizadas y las enfermedades también", explica Bravo.

Bravo, dice que no se han reportado tantas muertes en los Waorani, pero no se sabe qué condiciones tuvieron ellos para resistir. " Es parte de este silencio epidemiológico", afirma.

Los Waorani son pueblos que viven en comunidad y comparten las actividades, la comida, etc. El confinamiento en la pandemia fue por grupos.

"Les dicen que hay que lavarse las manos pero se les acaba el jabón, para comprar más tienen que caminar varias horas y no tienen recursos. O les dicen que deben usar mascarilla pero van a usar la misma por mucho tiempo porque no pueden comprar, no tienen dinero, esa es la realidad de los Waorani" alerta Bravo.

El principal ingreso económico de estas comunidades era el turismo y la venta de artesanías, la pandemia destruyó este trabajo.

El gobierno de Guillermo Lasso ha iniciado el plan de vacunación en las comunidades de selva ecuatoriana como parte de los grupos prioritarios. Se realiza el plan piloto con la ayuda de ONGs para levantar la información.

Gilberto Nenquino, explica que se socializó para que los Waorani decidan si quieren recibir la vacuna. Son 126 personas que se vacunarán en el plan piloto.

“Personalmente, no me vacunaré. Yo nunca he vacunado y ahora tampoco lo haré pero es decisión de cada uno ”, concluye Nenquimo.

Más allá de la pandemia

Gilberto Nenquimo, cuenta que otro problema es el acceso a la salud. "El Ministerio de Salud no ha tenido capacidad de responder con medicina e insumos en las zonas de la selva ecuatoriana", afirma.

Desde las comunidades Waorani hasta los centros de Salud se debe caminar 8 o 9 horas. Por ello, cuando tienen alguna enfermedad grave, picaduras de serpientes o accidentes es difícil llegar y recibir atención médica.

“Tener médicos pero no tener medicinas no sirve de nada. Tener una infraestructura enorme de subcentro sin médicos y sin medicinas no sirve de nada. Eso hemos reclamado para poder cubrir las necesidades del Territorio Waorani ”, dice Nenquimo.

Son 77 comunidades con 4.800 personas en tres provincias.

Son 77 comunidades Waorani con 4.800 personas.
Son 77 comunidades Waorani con 4.800 personas. ( )

Hemos planteado varias alternativas, como construir centros de salud más cercanos a las comunidades, concluye Nenquimo.

Pedro Bermeo, vocero del Coletivo YASunidos, estuvo en la amazonía hace poco y mira con preocupación la situación de los indígenas.

"Si no pueden acceder a la salud normalmente, peor a una cama en Terapia Intensiva, casi no hay en la amazonía", afirma Bermeo.

La antropóloga Andrea Bravo, afirma que "para garantizar la salud hay que garantizar un ambiente sano".

"Lo que significa para los Waorani tener una vida sana, por ejemplo, en las zonas petroleras hay un ruido super fuerte que se escucha en las carreteras y para ellos, ese ruido no les deja vivir bien. Los Waorani no tienen una palabra que signifique salud como la conocemos nosotros, sino esta relacionado al bienestar, no es solo la enfermedad y el tratamiento", explica Bravo.

De su lado, Pedro Bermeo, alerta que "los derechos de estas comunidades, el derecho a la salud y otros derechos básicos siempre han estado subyugados o manipulados a ceder sus territorios, es decir, como ha funcionado normalmente te construyo un parque o un centro de salud, siempre que firmes la explotación de tu territorio".

El líder de los Waorani explica que buscan una vida digna. "Conservamos el bosque pero como sacamos beneficios porque tenemos que dar estudios a los hijos y tenemos otras necesidades como casas dignas, las casas en la selva duran dos años. También necesitamos internet. Los niños y jóvenes no pueden recibir clases, tienen que caminar de 8 a 9 horas para conseguir un lugar con internet", reclama Nenquimo.

Para la antropóloga, Bravo, es necesario que el gobierno considere la ayuda económica para estos sectores porque tienen varias necesidades.

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