No quedan más de nueve días de campaña y los repertorios de los dos candidatos se aclaran. Daniel Noboa y Luisa González han marcado sus prioridades. El primero logra una fusión entre candidato y presidente; mientras que la aspirante del correísmo se enfoca en el puerta a puerta.
El primero logra una fusión entre candidato y presidente; mientras que la aspirante del correísmo se enfoca en el puerta a puerta.
Una vez que el Tribunal Contencioso Electoral neutralizó a la vicepresidenta Verónica Abad, con una demanda jalada de los pelos, Noboa se fue con licencia y un encargo temporal a Cynthia Gellibert; acciones jurídicas ampliamente criticadas por la Asamblea.
En ese momento se prendió su campaña. Noboa se apropió del mensaje de futuro para señalar, con spots bien producidos, que el Ecuador debe mirar hacia adelante y jamás retroceder.
Es una idea potente porque marca una agenda de la que Luisa González bien pudo haberse adueñado si su estrategia en el debate hubiera sido la esperanza y no el ataque que la devolvió al pasado correísta: un grillete difícil de manejar.
Noboa trabaja en tres escenarios: las redes sociales, que ha sido su fuerte aunque insuficiente para consolidar su candidatura; los recorridos por provincias del país; y posicionar sus propuestas en la opinión pública mediante entrevistas radiales donde ya no habla solo con Caterva, sino que abre un abanico mucho más amigable con el círculo rojo. El viernes 28 de marzo estuvo en Radio Centro, medio alineado con su gobierno, donde lo entrevistaron Carlos de Tomasso, Xavier Benedetti y Carlos Vera.
Este martes fue a Sucesos FM, para hablar con Milton Pérez y Verónica Larrea. En ambos espacios se sintió más al presidente que expone los logros de su gestión y menos al candidato.
Luisa González, en cambio, se replegó. De las dosentrevistas que atendió luego del debate: la de Teleamazonas, el 24 de marzo, y aquella en un medio radial ambateño, del viernes 28, no le favorecieron.
En la primera, tuvo que volver a explicar sus afirmaciones que hicieron ruido en la noche del cara a cara con Noboa. La más delicada fue su alineamiento con la dictadura de Nicolás Maduro, como un paso necesario para expulsar del país a los venezolanos. Y luego, su sorprendente afirmación de que Eloy Alfaro dijo “hasta la victoria, siempre” y no el Che, despertando en las redes sociales críticas, memes e ironías que marcaron el fin de semana.
Las encuestas y los informes de escucha social de las próximas horas dirán si en efecto la foto de Noboa con Donald Trump, en esa reunión informal y poco clara de Mar-A-Lago (Florida), marca una tendencia favorable para el oficialismo. O si González, en efecto, logrará capitalizar el apoyo de Pachakutik, donde Leonidas Iza no alcanzó su objetivo de convencer a su 5% de electorado para que se sumara al correísmo.
En todo caso, la candidata de la RC5 ha insistido en recorrer muchas zonas campesinas de la sierra como Azuay en una campaña de bajo perfil, pero sistemática, donde se afianza su discurso antiminero.
Los votos de los migrantes siguen sueltos en esta final, aunque Noboa ya les dedicó un spot emotivo e insiste, sin mayores detalles, en que nuestra gente no es una prioridad para la deportación desde EE.UU.
¿Habrá giros estratégicos en las próximas horas? Seguramente, sí.
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