24 abr 2019 , 03:02

Dolor y desesperación entre los familiares de migrantes desaparecidos

La noche del sábado 13 de abril, 17 migrantes tuvieron que escoger una terrible opción.

La desaparición de doce ecuatorianos mientras trataba de ingresar ilegalmente a Estados Unidos mantiene en vilo a sus familias, que no saben si están dentro del grupo que se ahogó en el Río Bravo o de aquellos que fueron secuestrados por una banda narcodelictiva de Los Zetas.

 

La noche del sábado 13 de abril, 17 migrantes tuvieron que escoger entre saltar al río Bravo, en el límite entre México y Estados Unidos o rendirse ante un grupo armado que los perseguía. Doce optaron por la primera opción, mientras que los otros cinco fueron llevados por los criminales.

 

Tanto en Sígsig, provincia del Azuay, como en Urdaneta, provincia de Loja, sus familiares esperan noticias que confirmen lo que ha ocurrido con ellos.

 

David Villavicencio, quien a sus 19 años quiso probar suerte en ese país, murió ahogado en el afluente. El teniente político de Sígsig, Milton Castro, cuenta que en el sector llamado La unión se ha reactivado la migración sobre todo de jóvenes hacia el norte del continente y que este incremento de viajantes tiene un motivo.

 

A 160 kilómetros de distancia, en la zona de Urdaneta, en la provincia de Loja, el drama se repite. Los familiares de Héctor González Godoy, de 22 años, temen por la vida del joven. No saben si murió ahogado o si se lo llevaron Los Zetas.

 

Ahora piden que se realice una prueba de ADN para determinar si alguno de los ocho cuerpos que ya han sido recuperados en el Río Bravo corresponde a su familiar. 

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