26 mar 2019 , 12:33

Analizan reemplazo de autoridad electa fallecida

Juan Gonzabay fue el más votado para el GAD de Progreso pero falleció el 13 de enero.

Que cantantes, presentadores de televisión, radiodifusores, entre otros personajes hayan alcanzado cargos públicos no es una novedad en Ecuador, pero que un muerto haya obtenido un puesto en el Gobierno parroquial de Progreso, en Guayaquil, es una sorpresa.

Luego de haber escrutado la totalidad de las actas, Juan Alfredo Gonzabay Cayetano, el primer candidato de la alianza entre el Partido Socialcristiano y Madera Guerrero para la Junta Parroquial de este sector, consiguió el 23,44% del respaldo popular, es decir 1.731 votos, consolidándose como el más apoyado en esta localidad.

Pero, al parecer, la población no sabía que Gonzabay había fallecido el 13 de enero.

Este curioso caso es analizado jurídicamente en la Delegación Provincial Electoral del Guayas. Entre las opciones que barajan están: que el suplente del candidato fallecido asuma la vacante o que el segundo más votado supla al hoy occiso. 

Según Henry Cucalón, director del movimiento político en Guayas, este tema es "perfectamente legal". 

"Cuando inscribimos a un candidato no esperamos a que se muera. Así que si el sistema democrático está preocupado por los muertos, yo estoy preocupado por los vivos, quienes fueron los que votaron. Serán las autoridades electorales las que tendrán que definir”, manifestó. 

Sobre este tema, el artículo 112 del Código de la Democracia señala que si un aspirante a un cargo de elección popular fallece previo a los comicios, la organización política a la que pertenezca ese candidato podrá definir un reemplazo de la misma agrupación.

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