20 oct 2015 , 11:36

Guayaquil y la expresión del arte en sus grandes esculturas

Las esculturas buscan fortalecer en los habitantes de Guayaquil la conciencia ambiental.

La imponente Iguana

 

La escultura de la iguana, rinde homenaje a un animal emblemático y representativo de Guayaquil por ser una especie endémica.

 

Según los biólogos, las iguanas se establecieron desde el inicio de la ciudad, en época de la colonia, debido a que la urbe está rodeada de agua, manglares y árboles.

 

Estos reptiles son muy comunes en diferentes parques de la ciudad, donde interactuan amigablemente con los visitantes.

 

La obra plasma el momento en que el animal busca el sol y se queda estático, mostrando el pliegue debajo de su garganta. Adopta esta pose porque como todo reptil tiene la sangre fría y necesita del sol para restablecer las energías que gasta al buscar alimento.

 

Esta figura se ubica en la avenida Las Monjas mide 10 metros de altura y está recubierta de miles de piezas de cerámica. 

 

Conoce al colorido Papagayo 

 

La escultura del papagayo de Guayaquil es el tributo a una especie endémica que se encuentra en peligro de extinción. 

 

Habita en bosques húmedos y secos del Litoral ecuatoriano y entre sus características destaca su colorido plumaje. 

 

El área más importante de conservación de la subespecie es la que está ubicada en las provincias de Guayas y Santa Elena. El área comprende la parte sur de la cordillera de Chongón-Colonche y de manera muy especial en el Bosque Protector Cerro Blanco, ubicado en el cantón Guayaquil al oeste de la ciudad. 

 

Se dice que son monógamos porque tienen pareja y uno de ellos muere, el otro pierde su capacidad reproductiva y no tarda en morir a causa de la depresión. 

 

La escultura esta ubicada en la sexta etapa de la ciudadela La Alborada, mide 12 metros de alto y está cubierta de 70 mil piezas de cerámica.

 

El travieso mono machín 

 

También encontramos la escultura del mono machín, esta se realizó en referencia al animal endémico que se encuentra en peligro de extinción. Se caracteriza por su curiosidad, inteligencia y agilidad, por eso en la escultura se lo observa como si estuviera trepando entre las hojas y ramas de un árbol.

 

El propósito principal de esta escultura es fortalecer entre los habitantes de Guayaquil la conciencia ambiental, para que se valore y se respeten la fauna y flora esencial de esta urbe. 

 

Se ubica en la avenida Juan Javier Marcos a la entrada del túnel del cerro del Carmen y mide 15 metros de altura. Se compone de 110  mil piezas de cerámica. Su posición inclinada y su mano se encuentra en símbolo de reverencia para dar la bienvenida a los conductores que ingresan hacia el centro de la ciudad.

 

Estas 3 esculturas fueron realizadas por el artista Juan Sánchez de 53 años de edad, nacido en la provincia de Imbabura.

 

Su trabajo se ha destacado por haber podido plasmar con gran belleza estos iconos de la ciudad que representan un orgullo para cada guayaquileño que las observa en su diario transitar. 

 

Lo más importante es destacar que esta trilogía animal busca la conservación de estas especies que son propias de la ciudad de Guayaquil. 

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