25 jun 2014 , 05:30

“Rastros de Mentiras” paralizó Brasil con el primer beso gay de la TV

Esta producción brasileña marcó un hito histórico en las telenovelas latinoamericanas.

Grandes historias dejan grandes huellas, y eso fue lo que hizo “Rastros de Mentiras” al mostrar por primera vez en televisión latinoamericana un beso gay.

 

El beso fue un hito histórico. El fin de un tabú en la principal cadena de televisión de Brasil. Creadora de las grandes telenovelas brasileñas, que en los capítulos finales llegan a paralizar al país, TV Globo no había mostrado hasta hoy a dos personajes del mismo sexo que hicieran explícito su amor. 

 

Se casaban, tenían hijos, compartían cama. Pero nunca se besaban. Una postura polémica, pero que sin duda rompe con barreras discriminatorias. 

 

El beso es protagonizado por el villano de la serie, Félix. Un joven que siempre recibió el rechazo de su padre a causa de su inclinación sexual. Envidioso, hiriente, rencoroso, Félix sabe ser manipulador, su mayor propósito en la vida es manejar el hospital de su padre, por esto hará hasta lo imposible para sacar del medio a su hermana, Paloma.

 

Sinopsis:

“Rastros de Mentiras” es una historia de amor y ambición centrada en Paloma (Paolla Oliveira), quien vive una relación conflictiva con su familia. 

 

Adoptada en secreto, conocerá la verdad de su maquiavélico hermano Félix (Mateus Solano), que desea eliminarla a cualquier precio y heredar la fortuna de sus padres, médicos dueños de un hospital. La revelación ocurre durante un viaje a las deslumbrantes ciudades históricas de Perú, donde Paloma se enamora del aventurero Nido (Juliano Cazarré).

 

Conmocionada con la noticia, huye con el compañero hasta que un embarazo la convence de regresar a Brasil. Sin dinero para los pasajes, Nido acepta la ayuda de su despreciable amiga Alejandra (María Maya) y termina preso en Bolivia. 

 

Sola en Brasil, Paloma recurre a Félix que, fiel a su plan la convence de ocultarles a sus padres la noticia. Después de salir de la cárcel, Nido llega a São Paulo, la pareja discute y termina la relación, y Paloma nerviosa, termina dando a luz en el baño de un bar. 

 

Al encontrar a la hermana dormida, Félix se deshace de la sobrina, abandonándola en un basurero. Pero por suerte, es encontrada por Bruno (Malvino Salvador), un buen hombre que, por ironías del destino, acaba de perder a su mujer y a su hijo en el parto. Con la ayuda de una doctora amiga, Bruno consigue alterar el acta de defunción de su esposa y criar como su hija a la niña y le da el nombre de Paulinha. En el mismo hospital, Bruno conoce a Paloma, que siente una afinidad inmediata con la niña. Los dos se reencuentran años después y un amor maduro nace entre ellos.

 

Cercanos a casarse, el regreso de Nido y la enfermedad inesperada de Paulinha (Klara Castanho) provocan problemas en la historia de la pareja. Paloma descubre que es la madre biológica de la niña y decide luchar por su custodia, aun cuando el adversario sea el hombre con quien escogió vivir.

 

Con una historia en la que se alternan secretos, revelaciones y disputas, la novela muestra las consecuencias imprevisibles de vidas firmadas en una peligrosa y sorprendente red de mentiras.

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