14 jun 2015 , 10:00

La película 'Jurassic World' está llena de errores científicos, según los paleontólogos

Jack Horner, biólogo molecular, defiende la cinta y afirma que la cinta "es ficción".

La fiebre de los dinosaurios ha vuelto con el estreno este mes de Jurassic World, la cuarta entrega de una saga que iniciara Steven Spielberg en 1993 con Parque Jurásico o Jurassic Park. Pero los expertos en estos animales prehistóricos, sobre todo paleontólogos, están descontentos con el resultado final, debido a sus errores científicos.

 

Según recoge la cadena americana CBS, los científicos ponen en duda algunas de las cosas que se ven en el filme:

 

- Los pterosaurios (los dinosaurios alados voladores) pudieran tener la capacidad de agarrar a un ser humano y llevárselo volando. En motivo es claro: sus pies eran incapaces de hacerlo. - El gallimimus no tenía dientes y su tamaño es incorrecto.

 

- Tanto el velocirraptor como el citado gallimimus tenían plumas en realidad, y no la piel escamosa, de reptil, que tienen en el filme.

 

- El mosasauro (el espectacular dinosaurio marino del que presume el filme en el tráiler) no era tan grande como se muestra en la película.

 

- No está probado que los tyrannosaurios tuvieran mal olfato y que no pudieran ver a sus presas hasta que se movieran. Expertos estadounidenses como James Kirkland, Thomas Holtz o Andrew Farke lamentan que la nueva película no recoja los últimos descubrimientos en la materia y creen que se trata de una "oportunidad perdida" y un "paso atrás".

 

La defensa de los cineastas

 

Los responsables de los filmes se defienden. Jack Horner, biólogo molecular que ha sido asesor en las cuatro películas de la saga, cree que "es una película, es ficción.

 

Lo último que necesita es ser científicamente fundamentada. Los responsables querían que los dinosaurios fueran lo más precisos posibles, pero después se convierten en actores, y hacen cosas que los animales reales no harían, como perseguir a la gente o entrar en edificios para comerse a una persona".

 

"No es documental", continúa Horner, que pone como ejemplo como en el clásico filme de Spielberg, "Tiburón", el escualo se come literalmente un barco para alcanzar a sus objetivos, algo que los tiburones no hacen.

 

 

 

 

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