El Club del Grito de Chicago, la terapia colectiva que se volvió viral
En una época llena de lo que llamamos ansiedad digital, un ritual un tanto inusual está ganando popularidad en Chicago. Se trata del club del grito, un encuentro semanal y gratuito donde decenas de personas se reúnen al atardecer para gritar al unísono, como una forma catártica de liberar el estrés acumulado durante la semana.
La iniciativa, que ha captado la atención de medios internacionales, fue impulsada por Manny Hernández, un entrenador de respiración que, tras un mal día a mediados de junio, decidió probar una forma algo peculiar de desahogarse junto a su pareja, Elena. La experiencia fue tan liberadora que la convirtió en una cita fija.
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La dinámica del club del grito es simple pero poderosa. Los participantes anotan en trozos de papel biodegradable las preocupaciones o frustraciones que desean soltar, los arrojan al lago como un acto simbólico y, tras un ejercicio de respiración, gritan a todo pulmón de cara al agua.
La práctica, aunque excéntrica, tiene antecedentes en la psicología. En los años 70, el psicólogo Arthur Janov popularizó la terapia del grito primal, que sostenía que el dolor emocional reprimido podía ser liberado a través del grito. Hoy, en un contexto de aislamiento y presión constante, este ritual colectivo resuena de una forma particular. "Sientes que no estás solo", comentó uno de los participantes, resaltando el alivio que genera compartir la liberación emocional con otros.
Manny Hernández, por su parte, ve en el grito una herramienta poderosa para mover energías bloqueadas y liberar emociones. Lo que comenzó como una idea espontánea, se ha convertido en un fenómeno viral que ha llevado a cientos de personas a su cita semanal, buscando un espacio para soltar lo que en un mundo moderno se nos pide guardar en silencio.
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