Chimpancés y su sorprendente tolerancia al alcohol
Un reciente estudio publicado por la revista Science Advances ha revelado un comportamiento en chimpancés salvajes de Uganda y Costa de Marfil, en África. Los investigadores descubrieron que estos primates consumen frutas fermentadas con un contenido de alcohol incluso superior al de algunas bebidas tradicionales como la cerveza. A pesar de ello, los chimpancés no muestran signos de embriaguez ni alteraciones en su comportamiento o coordinación motora.
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El hallazgo sugiere un vínculo evolutivo entre los chimpancés y los seres humanos en cuanto a la tolerancia al consumo de alcohol. Según el estudio, esta tolerancia se debe a la presencia activa de una enzima llamada ADH4 (alcohol deshidrogenasa 4), la cual permite a los chimpancés metabolizar de manera eficiente el etanol que se genera naturalmente en las frutas fermentadas. Esta enzima también está presente en los humanos, y se cree que jugó un papel importante en la adaptación evolutiva de nuestros antepasados, quienes probablemente también consumían frutas fermentadas como fuente de alimento.
Las frutas fermentadas que consumen los chimpancés pueden llegar a tener una concentración de alcohol que duplica la de una cerveza común. Sin embargo, a diferencia de lo que ocurre en los humanos, este consumo no afecta la conducta de los animales. Los investigadores observaron que los chimpancés no presentaban pérdida de equilibrio, desorientación ni conductas erráticas, lo cual sugiere que han desarrollado una notable tolerancia al alcohol, posiblemente debido a su metabolismo acelerado y a mecanismos bioquímicos adaptativos.
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Además, el estudio apunta a que tanto en chimpancés como en humanos existe una cierta atracción natural hacia el etanol. Esto refuerza la teoría de que el gusto por el alcohol no es un fenómeno cultural exclusivo del ser humano moderno, sino que podría tener raíces profundas en nuestra evolución como especie. Se cree que nuestros antepasados homínidos, al igual que los chimpancés actuales, se beneficiaban de consumir frutas fermentadas, ya que estas podían ser una fuente de energía rápida y fácilmente disponible.
Este descubrimiento no solo amplía nuestro conocimiento sobre el comportamiento de los primates, sino que también abre nuevas líneas de investigación sobre el papel del alcohol en la evolución humana y sobre cómo algunas especies han desarrollado mecanismos fisiológicos para tolerarlo sin sufrir sus efectos negativos.