Cometa 3I/ATLAS: ¿Cada vez más cerca de la Tierra?

La NASA y la ESA coordinaron el monitoreo del objeto más grande de su tipo, cuya proximidad al sol puede causar fragmentación y revelar pistas sobre otros sistemas estelares.
Foto referencial del espacio exterior()
27 oct 2025 , 10:37
Redacción

El cometa interestelar 3I/ATLAS, descubierto el 1 de julio de 2025 por el telescopio ATLAS, se prepara para su máximo acercamiento al Sol, o perihelio, el 29 de octubre de 2025. Su órbita hiperbólica confirma que este es solo el tercer objeto de origen extrasolar detectado en nuestro Sistema Estelar, y pasará a 1.36 unidades astronómicas (unos 203 millones de kilómetros), sin riesgo de impacto con la Tierra.

La aproximación al Sol es un punto crítico para los astrónomos, ya que la intensa radiación puede provocar la fragmentación del núcleo, un fenómeno visto en el cometa 2I/Borisov en 2020. Además, el comportamiento "inexplicable" del 3I/ATLAS llevó a la NASA a activar un protocolo de defensa planetaria y una campaña de observación coordinada, buscando rastrear con precisión los cambios en su trayectoria.

Los análisis espectrales han revelado una composición química sorprendente que lo distingue de los cometas nativos. Contiene dióxido de carbono hasta ocho veces más abundante que el agua, y metales como el níquel, detectados por el Telescopio Espacial James Webb (JWST), sugiriendo que el cometa se formó en un entorno extremadamente frío, similar al Cinturón de Kuiper de otra estrella.

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A pesar de que el cometa transita detrás del Sol en octubre, limitando las observaciones terrestres, la vigilancia continúa gracias a las misiones espaciales. Sondas de la ESA, como Trace Gas Orbiter y la próxima Juice, así como activos de la NASA como Europa Clipper, están estratégicamente posicionadas para obtener datos cruciales de su cola y entorno iónico.

El monitoreo documentó fenómenos de actividad inusual, como la aparición de una anticola temporal, una estructura que parecía apuntar hacia el Sol, la cual luego evolucionó a una cola tradicional. Imágenes de telescopios como el Nordic Optical Telescope muestran chorros de polvo y hielo liberados por el calor solar, confirmando que el núcleo, que mide hasta 5.6 kilómetros, mantiene reservas volátiles significativas.

Una vez superado el perihelio, el 3I/ATLAS reaparecerá para los telescopios terrestres en noviembre, permitiendo reanudar la astrometría. Continuará su viaje fuera del sistema solar, cruzando la órbita de Júpiter en marzo de 2026, donde la sonda Juno podría registrar interacciones gravitacionales, antes de abandonar nuestro sistema estelar para siempre y consolidar su papel como una valiosa cápsula del tiempo extrasolar.

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