El robo de combustible es parte de la economía criminal de Los Choneros, Los Lobos y Tiguerones
El poliducto de Petroecuador es una red de 1.400 kilómetros que recorre 13 provincias bajo tierra y se ha convertido en una mina clandestina para las organizaciones criminales.
El ducto, en el sur del país, está presente en Azuay, atraviesa cuatro provincias de la Costa, hasta llegar Esmeraldas; también cruza Santo Domingo, Pichincha, una rama llega hasta Chimborazo y otra hacia Sucumbíos.
Las provincias más conflictivas son Guayas, Santa Elena, Manabí, Esmeraldas y Sucumbíos donde operan tres grupos delictivos: Choneros, Los Lobos y Tiguerones.
Lea también: Un derrame de combustible deja sin agua potable a miles en Gualaceo, Azuay
La tubería está debajo de zonas agrícolas, montañas y caminos de difícil acceso. Ahí los delincuentes abren las tomas, extraen el combustible y luego camuflan la conexión con monte y tierra.
Por eso, los soldados deben caminar kilómetros bordeando el ducto, atentos a cualquier rastro, cualquier huella en el terreno.
Pero la tubería también pasa por zonas urbanas. Por ejemplo, en el caso de Guayaquil, está debajo de Nueva Prosperina, el lugar más peligroso del país. Ahí Los Lobos y Choneros se disputan el tráfico de drogas, extorsiones, sicariatos, y ahora el control del robo de hidrocarburos.
¿Cómo saben los criminales por donde pasa la tubería de la gasolina?
Los uniformados indican que los delincuentes tienen información privilegiada.
En el 2020 hubo 100 perforaciones ilegales, en el 2024 subió a 900, con pérdidas superiores a los 180 millones de dólares.
Se creó un centro de mando con tecnología. Usan drones que llegan a tres kilómetros, aviones no tripulados con 12 horas de autonomía y carros tácticos que permiten monitorear la infraestructura en tiempo real, sobre todo durante la noche, cuando los delincuentes actúan con mayor sigilo.
Lea también: Estos son los nuevos precios de las gasolinas en Ecuador, desde el 12 de julio
Los uniformados reconocen que no han controlado por completo la situación, pero dicen que sí ha mejorado: en enero de este año hubo 127 perforaciones y la cifra bajó a 75 en junio.