El correísmo perdió la Presidencia, el control en el Cpccs y la designación del Contralor

Luisa González perdió las elecciones presidenciales, acumulando una derrota más del correísmo.
Luisa González y Andrés Arauz en la recepción de resultados.()
17 oct 2023 , 06:02
Redacción

El correísmo es la fuerza política más importante del país, tomando en cuenta los resultados de las últimas elecciones seccionales y la representación que alcanzó en la Asamblea Nacional. Sin embargo, su poder no es suficiente para poner Presidente.

Por segunda ocasión consecutiva pierden una elección presidencial en segunda vuelta. Daniel Noboa se impuso sobre Luisa González con una diferencia de tres puntos, según muestra el escrutinio al 99%. El empresario ganó en las provincias de la Sierra, en la mayoría de la Amazonía, en una de la Costa y en Galápagos.

Además, los líderes locales de la Revolución Ciudadana (RC), que mantienen el poder en las provincias más importantes, no lograron afianzar votos a favor de González.

¿El correísmo es el gran perdedor de las elecciones?

El docente universitario y analista político Cristian Carpio cree que el correísmo es el perdedor de las elecciones, no solo por la derrota en las urnas, sino porque fueron ellos quienes impulsaron el juicio político contra el mandatario Guillermo Lasso y le pedían que firme la muerte cruzada, confiados que llegarían al poder en los comicios anticipados.

Lo que no tomaron en cuenta es que para esa organización política se ha convertido en un reto el convencer a la mitad más uno de la población en las elecciones.

Siguiendo los resultados de las votaciones seccionales y de la primera vuelta, el correísmo tiene un techo de entre el 20 y 30%, que corresponde a la base de la estructura política. Es decir, aquellos seguidores acérrimos que confiarán en el candidato que pongan, sea cual sea.

Para Carpio, el verdadero desafío de la RC es atraer figuras por fuera de ese techo, ya que algunos personajes propios del correísmo provocan resistencia en parte del electorado, incluso el mismo Rafael Correa.

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Sobre la figura del expresidente, el analista político explica que en los últimos meses se ha convertido en una imagen desgastada. En sus pronunciamientos mantiene una tónica radical. Incluso, al aceptar los resultados de la segunda vuelta, reaccionó a la defensiva, sin reconocer los errores que pudo tener su candidata o la campaña.

Sin embargo, el experto enfatiza que Correa continúa siendo un político importante en Ecuador. Su estrategia, que se hizo visible en la primera parte de la campaña, consiste en hacer alusión a la añoranza del pasado y las obras que impulsó en su Gobierno.

Jacobo García, consultor en comunicación política y docente universitario, también incluye en el análisis la antipolítica, es decir, el desencanto de los ciudadanos por las instituciones y la apuesta a una nueva generación.

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Además, añade la falta de figuras que representen un liderazgo. "Correa privilegió más la fidelidad y el control interno, que la apertura y la suma de actores".

Las autoridades locales que tienen el poder no sumaron a la Revolución Ciudadana

En febrero de 2023, el correísmo logró las dos alcaldías y las dos prefecturas más importantes de Ecuador. Sin embargo, los resultados no mejoran del todo respecto a 2021, cuando no controlaban esos gobiernos locales.

En Pichincha, donde Paola Pabón es prefecta y Pabel Muñoz alcalde de Quito, la ventaja de Noboa es de casi el doble, 60,13% versus el 39,87%. Mejoró ligeramente respecto a 2021, cuando Jorge Yunda era alcalde de la capital.

Ambos funcionarios dejaron sus actividades como alcalde y prefecta para dedicarle tiempo a la campaña electoral. Incluso hubo críticas directas contra Muñoz por utilizar su posición como burgomaestre para hacer ofrecimientos de campaña.

En Guayas, donde Marcela Aguiñaga es prefecta y Aquiles Álvarez es alcalde de Guayaquil, en cambio, decrecieron levemente. Es decir, les iba mejor cuando las autoridades locales eran socialcristianas.

El correísmo también pierde espacios en otros poderes

El correísmo perdió el control en el Consejo de Participación Ciudadana (Cpccs), tras la destitución de Alembert Vera, la posesión de Nicole Bonifaz como presidenta y la principalización de Juan Esteban Guarderas.

Según Carpio esa es una importante baja de la Revolución Ciudadana porque desde ese Poder del Estado se nombra a las autoridades de control. Recuerda que incluso en el concurso del Contralor, si avanza como estaba, no tendrían a uno de sus representantes entre los mejores puntuados.

No obstante, no descarta el poder que pueden tener en el Consejo de la Judicatura, a cargo del control de la justicia, o en la misma Asamblea, donde podrían impulsar juicios políticos contra autoridades importantes como la fiscal Diana Salazar.

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