Narices Rojas, voluntarios de la risa y el abrazo

Estos payasos humanitarios visitan hospitales para cobijar a niños de esperanza y amor. Foto: ecuavisa.com
11 ago 2019 , 12:05

Estos payasos humanitarios visitan hospitales para cobijar a niños de esperanza y amor.

. Sobre la mesa hay un sombrero rojo, maquillaje, un armador verde, fundas, más ropa, más fundas con ropa… Y: “Positive Vibration”, Cultura Profética. Un tributo al gran . 

 

Live if you want to live

(Rastaman vibration, yeah! Positive!)

That's what we got to give!

(I'n'I vibration yeah! Positive)

 

Alexandra, 41 años, ya está cubierta por un traje anaranjado, mira a través de unos espejuelos llamativos y . Cristian, 30 años, se ha mandado una . Ella le pone unos deditos de rubor en los pómulos. Él se ajusta una corbata rojísima que no rebasará más allá de una cuarta. . Y …

 

Buffalo Soldier, dreadlock Rasta

There was a Buffalo Soldier

In the heart of America

Stolen from Africa, brought to America

Fighting on arrival, fighting for survival

 

Prueban silbatos, unos huevos lilas que suenan como maracas, un ukulele rojo, un monedero del mismo color con el que se puede hacer un truco… se miran frente a frente, ligeramente inclinados, y cuentan, a gritos, del 1 al 6 sacudiendo el brazo izquierdo hacia arriba; luego del 1 al 6 con el derecho. 1, 2, 3, 4, 5, 6 y se mueve la pierna izquierda; ídem con la derecha. 1, 2, 3, 4, 5, otra vez el brazo izquierdo… todas . Más inclinados, vitorean a la energía, a la mente y al cuerpo. 

 

Después, se dan (y nos dan) la espalda y regresan ‘transformados’. . Son la Ya no son Alexandra y Cristian, olvídenlos. Al menos por las siguientes dos horas y pico en las que abrigarán con risas y abrazos a niños (y no tan niños) quebrados en su salud. 

 

Es un fin de semana frío y nublado. Y desde una sala de reuniones del Hospital del Niño Francisco de Icaza Bustamante, en el centro de Guayaquil, esta Literalmente. 

 


 

 


Foto: ecuavisa.com

 

 

 


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Rumbo a la primera área que visitarán, Churry y Chichi, metidos en sus mandiles, se topan con un guardia de seguridad de chompa grande y lo abrazan. Él se entrega. El doctor: “Gracias por cuidarnos”; la doctora:

 

Con su silbato, … Por los pasillos, saludan con buenas noches en plena mañana. Qué al atreverse a desobedecer el tiempo y ubicarse, a su antojo, en otro horario, en el que ellos quieren, en el que les da la gana. 

 

Pitos, baile, los huevos maracas…

 

-¡Qué bonito es este hotel!

 

-¡Bienvenido al museo! 

 

Pitos, baile, los huevos maracas, un pañuelo rojo con bolitas blancas que flamea…

 

En esta narración hay otro personaje de capital importancia: el . Bien podríamos describirlo como el actor de reparto de esta historia clown. Se ha encargado previamente de conversar con médicos y enfermeras de las respectivas salas para saber cuántos niños son, qué los afecta, cómo abordarlos. Y todo se lo ha transmitido a Alexandra y Cristian. Raúl Contreras, voluntario de la fundación, será en esta jornada el fiel .

 

-Alto. No pueden pasar- dice una enfermera, súper seria.

 

Y todos serios, como congelados. 

 

-Lávense las manos primero- complementa. 

 

Y todos: “Ohhh”.


 

 


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Es la entrada a Nefrología. Una niñita se apresura a abrazar a los payasos. Contenta y en brazos de Churry, cuenta que se llama Keysi mientras quiere juguetear la bolita colorada de la cara de la doctora. Va a cumplir 5 años en agosto, tiene insuficiencia renal y lleva 7 meses en el hospital, dice Mercedes, la abuelita “pero soy como la mamá”. 

 

Churry le enseña a Mercedes una receta que, a lo largo de la jornada, se convertirá en toda una marca de la cariñosa payasa: . Risas.

 

Chichi se presenta. “ que le roza un lado de la cintura, a modo de cartera. Y él las reparte con generosidad. 

 

Darling y su mamá están paraditas junto a los clowns. La mujer carga el suero de su hija. Luego Darling, de 9 años e insuficiencia renal, lo abrazará ella misma para estar más cómoda. Y reír mejor. Mientras, una nena más grande, con problemas de audición, se le lleva el sombrero rojo al médico y juega a ponerlo en la cabeza de los espectadores. 

 

En una cama está . Los payasos le cantan cumpleaños, revuelven los globos que la rodean y la coronan con un cintillo. “Feliz no cumpleaños”, le dice al final Chichi. Hay sonrisas. 

 

Cerquita está . Escribe en un cuaderno con su mano derecha, la izquierda está envuelta en cinta y pinchada por un suero. Atrás de él, en la pared, una hoja blanca tiene escrito con rojo “Son muy triunfadores”.

 

Chichi le dice que lo prepara para ser astronauta y le pone un ‘casco’ (un trozo grande de papel higiénico). Mike no suelta palabra, sigue escribiendo, pero mientras, sonríe. Al final le da la mano al doctor. Y se ríe.

 

 


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En otra habitación están . Roberto descansa arropado con una colcha. Edgar, sentado, recibe las decenas de ‘tarjetas de presentación’ del doctor. Edgar termina envuelto en un resorte interminable de papel higiénico al jugar con Chichi. Y entonces lo apodan la momia. Hay muchas risas, pero es más notoria una: la del padre. 

 

y le da su receta del “agú, agú, agú”. Más risotadas. La del padre siempre más sonora y divertida. 

 

El señor cuenta que los chicos . En la pared, cerca de los enchufes están pegadas imágenes del papa Francisco y una Virgen. 

 

. Es tímido, sonríe discretamente y se enrosca en un edredón que deja emergente solo su cabeza. A la que, con el pasar de los segundos, también tapará. En un letrero, en la ventana que da a la calle, se lee “Sonríe siempre”. 

 

 

 


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-¿Sí tienen altas las defensas?- pregunta Raúl, el adulto responsable, al equipo de la web de Ecuavisa al pie del área de Infectología. 

 

-Sí

 

Y entramos. En la habitación donde está Jeremy, de 11 años, los doctores clowns se ‘casan’, con vals de matrimonio y todo. Gritan beso y Churry le besa la mejilla izquierda a Chichi. La sala goza y los celulares y las tablets exhalan flashes a mil. ”, dice ella afuera. 

 


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A Franklin, también de 11, acostado plenamente y con dientes alborotados, Chichi le arma una guirnalda, como advenimiento de una fiesta, entre 2 portasueros. Su mano izquierda está hurgada por una manguerita.

 

Ante una madre que da biberón, Chichi desenfunda su pañuelo de bolitas y lo banderea mientras le mete música a la habitación a punta de silbato. La mujer mira a Chichi y a su bebé y sonríe. 

 

 

 


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En el área de Hematología, una zona tiene en la parte superior de su puerta un cartel rectangular, en letras negras y mayúsculas, que advierte: “AISLADO”. Dentro, hay una niña de carita redonda y cabello negro agarrado en una cola. 

 

Desde afuera, el doctor Chichi, a punta de marcador, dibuja en una parte del vidrio una niña con corona, globo en mano derecha y helado de cono en la izquierdaY le hace señas de que con ‘poderes telepáticos’ adivinará su nombre.

 

Con la pequeña está su mamá, que mira todo. Ahora, Camila se pone a comer uvas. 

 


Foto: ecuavisa.com

 

 

 

Vamos en ascensor hacia Gastroenterología. Los payasos están sedientos…

 

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Ya en el área, y específicamente en la intervención, el doctor Chichi dibuja el retrato de la enfermera Nelly y le pide a la doctora Churry que lo presente como “el mejor dibujante de todos los tiempos”. 

 

-

 

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Pocos aplausos y Chichi quiere más. para el payaso. Tras la práctica, lo presenta nuevamente y la sala estalla. Y Chichi, lleno de emoción, recorre, de un lado a otro, el pasillo que crean las camas.

 

 

Ahora, presentan a la enfermera como una modelo. Churry le enseña a mover sus caderas con exageración y agitando sus manos como si rapeara. Risotadas y bravos. 

 

Antes de abandonar la sala, otra enfermera se saca varias selfies con la pareja clown. Y Nelly le pide a Chichi que no se vaya sin regalarle la “obra de arte” que le hizo. 

 

 


Foto: ecuavisa.com

 

 

 

 

Son casi las 12 del mediodía. Recorriendo otro pasillo, se topan con la columna de familiares en la entrega de comida para los pacientes. Y los clowns juegan a que reparten el alimento, a que se cuelan.

 

-- dice, con dulzura y después de tomarse fotos con la dupla, la señora que dirige la tarea.

 

En Lactantes, a ritmo de silbato y los huevos maracas, improvisan “La Negra Tomasa”. Luego, . Más risas y más ritmo. 

 

 

 


Foto: ecuavisa.com

 

 

 

En la misma sala de reuniones del comienzo, la doctora Churry y el doctor Chichi nos dan la espalda para retirarse las narices rojas. Hasta luego al estado clown. En segundos, tenemos de regreso a Alexandra y Cristian, y el respectivo proceso de despojarse de maquillaje y trajes. 

 

Entran en modo devolución o retroalimentación. Repasan lo que los médicos Churry y Chichi vivieron en esas horas, lo que los sacudió, lo que los divirtió. 

 

 

Hay millones de historias. Están las de los “padres que nos dicen ‘mi hijo estaba decaído, no comía y llegan ustedes y se puso contento y se comió toda la comida’”, menciona Raúl, quien también tiene un alter ego clown: el doctor Chapulín. 

 

-También hay cosas que te descuadran- Y . 

 

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-Tenemos la característica de que acompañamos emocionalmente. - resalta Cristian. 

 

Y se abrazan. Y nos abrazan. Así cierran su visita al sanatorio de pequeños. Y

 

 



Foto: ecuavisa.com