Un ecosistema diverso nace con la cascada del Girón, en Azuay
Una majestuosa cadena montañosa que se eleva hasta 2 750 metros sobre el nivel del mar bordea el sureste del cantón Girón, en la provincia de Azuay. Las elevaciones no solo se destacan por su altura, sino por sus prominentes picos en la cima.
Hay cientos de formaciones rocosas. No todo el sitio es asequible, pero hay una zona que permite recorrerla, llamada bosque de piedras.
En vehículo, desde la carretera Girón - Pasaje, se toma el desvío a la parroquia La Asunción, un trayecto en subida de 30 minutos que culmina en la comunidad Las Nieves, ahí reluce este paraje.
Cuevas y petroglifos
Por sus características, este bosque es calificado como húmedo montano. Tiene incrustadas rocas que llegan a superar tres metros de diámetro y uno de sus mitos es que miles de años atrás, durante el deshielo, las piedras se desprendieron de la cima de los cerros junto con enormes bloques de hielo y rodaron a gran velocidad por cientos de metros.
Un bosque con cuevas como la del Brujo, que tiene en sus paredes petroglifos: trazos sobre la piedra con grandes espirales, son huella del paso de culturas como la Cañari e Inca. Las rocas con sus formas y matices están cubiertas de musgo, al igual que los grandes ducus y nogales, que tienen en sus ramas vistosas flores amarillas y bromelias rojizas que almacenan agua y nutrientes, ideales para el desarrollo de insectos y pequeños anfibios.
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Al caer la tarde, las copas de los árboles se convierten en santuario de aves que con su canto dan vida al bosque. Son, al menos, ocho especies como garrapateros, águilas reales, chirotes y colibríes.
Las cascadas son el atractivo
A 35 kilómetros en auto, el panorama cambia y el sonido que predomina es de abundante agua cayendo. Se trata del chorro de Girón, a 3 100 metros de altura. Es un bosque nublado andino con vegetación densa y frondosa, de colores intensos, con temperaturas entre 8 y 14 grados centígrados, pero con humedad alta que favorece la proliferación de musgos, líquenes y helechos.
Es una cascada de 400 metros con tres caídas. A la primera se llega en cinco minutos a pie, por escalinatas y puentes de madera y piedra, pero la segunda implica un recorrido de hora y media por un sendero con tierra húmeda y tramos empinados que dejan ver de cerca su flora, más de 20 especies de plantas entre las que se destacan especies de bromelias, saúcos, anturios y romerillos
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La flora se baña constantemente con el rocío que se desprende de la primera cascada, flores como floripondios, santamarías y flores de mayo que dan color al paisaje.
El agua de la segunda cascada es considerada de alta pureza, apta para el desarrollo de organismos como las efímeras, un tipo de insecto acuático de este tipo de entornos y son fuente de alimento para peces, aves como los azulejos y otros animales acuáticos.
La segunda caída del chorro de Girón actúa como un sistema natural de captación de agua. Las hojas, ramas y musgos almacenan gotas de niebla que caen lentamente y alimentan manantiales, piscinas naturales y riachuelos que desembocan en ríos que bañan a Girón y cantones cercanos.
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El agua del chorro corre de manera constante y durante miles de años ha moldeado las formaciones rocosas creando paredes verticales húmedas y depósitos de sedimentos.
Las cascadas están dentro de las 1 110 hectáreas del área de conservación municipal y uso sostenible El Chorro, donde también conviven los habitantes de la comunidad que protegen la zona.