El Corazón: un bosque protector en Chimborazo donde se encuentran lo tropical y lo andino
El bosque protector El Corazón es un mosaico de montañas, árboles centenarios y cascadas. Con 1 500 hectáreas, se extiende en lo profundo de la comunidad Jalubí, en Pallatanga, provincia de Chimborazo. Es un refugio donde coinciden lo tropical y lo andino.
A 2 000 metros de altitud comienza el bosque montano subtropical. Allí el agua marca el ritmo: desciende desde la cima y se quiebra en 21 cascadas que atraviesan el bosque hasta unirse al río Salsipuedes, fuente de la que dependen ocho comunidades.
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El sendero se estrecha entre helechos y orquídeas silvestres. En los bordes de los riachuelos aparecen escarabajos endémicos, como una pareja de oxichela que avanza lenta entre las piedras o una oxigonia que se alimenta del musgo.
Un bosque único
Sobre las hojas húmedas revolotean también 35 especies de mariposas, entre ellas la saltarina, la monarca, la sortijita y la atlas.
El viento choca con las paredes de la montaña y crea ecos, mientras la neblina y el brillo del agua dibujan contrastes de luz en medio del bosque.
"Este tipo de bosque de transición ya no existe en otros lados, especialmente con las especies que aquí tenemos. Son más de 45 años que hemos espado perennemente cuidado esto, no solo en palabras, sino en concientización de la comunidad, con más de 3 000 letreros por las vías principales", señala Luis Ojeda, administrador del bosque.
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Tras 45 minutos de caminata, en el centro del bosque aparecen árboles de tiumbilé, motilón, arrayán, cedro, aliso y palma. Sus ramas cubiertas de musgo forman un dosel que acoge libélulas.
Árboles centenarios y animales únicos
En esta zona destaca un podocarpus de más de 450 años, que alcanza 45 metros de alto. En su tronco, una tangara azul picotea las bromelias y garcetas blancas descansan mientras un mirlo y un pitajo se ocultan en la espesura.
La diversidad no se limita a las aves. Una investigación de la Escuela Superior Politécnica de Chimborazo (Espoch) identificó al menos 65 especies de mamíferos: tienen registros de guatusas, venados de cola blanca, lobos de páramo, pumas y, como hallazgo notable, el oso de anteojos.
En la parte más alta, a 3 470 metros, el bosque cede su lugar a un pajonal dorado. Cerca de las 16:00, la neblina desciende como un mar de nubes sobre la montaña y una franja naranja en el horizonte anuncia el atardecer.
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Es un espectáculo breve, visible solo entre agosto y diciembre, que transforma el paisaje andino en un escenario inolvidable durante el verano.