Expertos advierten que ampliar la vía no resolverá el problema de fondo en Samborondón

No son solo los 120 mil vehículos que circulan cada día por la avenida Samborondón, es que ese número crece hasta en un 10 % cada año, según la Comisión de Tránsito del Ecuador.

“En horas pico es imposible, todo está completamente congestionado toda la vía. Sobre todo que no hay líneas en las calles, o sea, cómo vamos a creer que esto es una avenida de ocho carriles y ninguna sola línea, el tráfico es imposible”, comentó Gustavo Falconí, conductor.

Televistazo constató cómo se vive el tráfico en esta arteria colapsada. “Son las 5:35 de la tarde. Si bien hay tramos que fluyen con cierta regularidad, hay otros que, como el ingreso a Ciudad Celeste, la vía se congestiona y es bastante difícil circular”, comentó Fernando Terranova.

Para mitigar el problema, el Municipio desarrolla la ampliación de la avenida, que ya tiene un avance del 80 % y se prevé que esté lista en noviembre. Pero, como explica el arquitecto y urbanista Felipe Espinoza, esta solución apenas dará un respiro de algunos años.

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“Es un estímulo de la demanda, van a venir muchos vehículos de paso, de otros sitios por esta zona y no se resuelve el tema que tiene que ver en primer lugar con la regulación a las plazas comerciales”, menciona Espinoza.

Según él, desde la pandemia el flujo vehicular se ha multiplicado por seis, y habla de una saturación comercial y residencial. “El comercio genera crecimiento, pero también cuando este crecimiento pasa ciertos límites, comienza a romper el equilibrio y afecta el funcionamiento del área urbana”, indica.

El alcalde, sin embargo, desvirtúa esa aseveración. “No existe una saturación comercial en Samborondón, está hecho en base a la demanda que requiere la ciudad”, comentó Juan José Yúnez, alcalde de Samborondón.

Yúnez defiende que cada proyecto cuenta con estudios técnicos y de tránsito exigentes.

“Entradas y salidas que no afecten al resto, parqueo suficiente, dependiendo del número de oficinas, o también se les exige el uso que se les va a dar a las oficinas o a los locales comerciales”, menciona.

Pero el experto sostiene que no basta con estudios individuales, lo que se necesita es un análisis acumulativo. “Porque de manera independiente, evidentemente tienen el permiso, no hay casi ningún nivel de dificultad, pero cuando yo sumo con el vecino de a lado y a lado, las entradas y salidas, yo estoy afectando la capacidad de la vía donde voy a instalar mi plaza comercial”, indica Espinoza.

También sugiere semáforos internos en las salidas de centros comerciales y accesos laterales en lugar de directos a la vía principal.

Agrega que aún queda un 35 % de terrenos disponibles, todos privados, donde podrían implementarse nuevas regulaciones antes de que la presión vial se vuelva irreversible.

Además de la ampliación en marcha, el Municipio tiene listo el diseño para un paso elevado a la altura de Ciudad Celeste, en el kilómetro 9, uno de los puntos más críticos.

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La obra, financiada con un crédito de la CAF por 20 millones de dólares, beneficiaría a alrededor de 30 mil residentes de ese sector. “Una vez que tengamos la garantía soberana por parte del Ministerio de Economía, nosotros podemos iniciar una licitación”, precisó el alcalde.

Una solución vial que no es posible, por ejemplo, en otro punto crítico: la intersección con la avenida Los Arcos, en el km 1,5, en medio de dos centros comerciales.

“Lastimosamente, se hizo un estudio de ingeniería y la altura no da para poder hacer un paso elevado ahí”, indica Yúnez.

Por eso se revisan otras opciones: más semáforos inteligentes para regular el flujo y ampliar la oferta de transporte público.

El verdadero reto en la avenida Samborondón es enfrentar el crecimiento urbano y comercial de forma planificada y sostenible. Sin una visión integral, el colapso vehicular seguirá siendo una amenaza para miles de personas que transitan a diario por esta arteria vital.