Cotopaxi: los bomberos de Latacunga están equipados para enfrentar incendios; en Sigchos hay falencias
Los incendios forestales 2024 consumió más de 4 mil hectáreas en Cotopaxi y por su topografía y vegetación, un 4 % del territorio sigue expuesto a nuevas llamas. En ese escenario, Latacunga y Sigchos evidencian la brecha entre contar con medios suficientes y sobrevivir con lo mínimo.
En Latacunga, ciudad con 217 261 habitantes, 80 bomberos sostienen la primera línea de respuesta. Con un presupuesto anual cercano a los tres millones de dólares, han consolidado logística para reaccionar de inmediato.
Su parque automotor suma 20 vehículos: diez camionetas, dos autobombas, tres ambulancias y un bus.
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Cada salida comienza con un ritual: ponerse botas, pantalón, chaqueta, guantes y casco. El equipo de protección personal lleva inscrito el apellido y el tipo de sangre de cada uno
Son trajes retardantes al calor, diseñados para resistir lo peor del fuego.
En la estación principal de Nintinacazo, al sur, funciona el centro de entrenamiento. Allí, cada jornada arranca con rutinas físicas que preparan al personal para los escenarios más exigentes: ejercicios que incluyen cargas de 160 kilos.
La segunda estación, en pleno centro, alberga la unidad de monitoreo conectada con el Inamhi y la Secretaría de Gestión de Riesgos.
Siguen en tiempo real las variaciones de temperatura, humedad y viento.
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"Revisar a dónde puede progresar, qué tipo de vegetación tiene y una vez que nosotros tengamos muy claro poder administrar sobre todo los recursos. Si vamos a necesitar una pala mecánica, vamos a utilizar de pronto un recurso especial aéreo, Ángel Baño, jefe del Cuerpo de Bomberos de Latacunga
La tercera estación, en Lasso, es estratégica por su cercanía a cinco parroquias, cuenta con 35 bomberos en zonas boscosas vulnerables, que tienen certificación de brigada de refuerzo en incendios forestales y autonomía técnica para operar cinco días continuos en un incendio, con campamento, alimentación y equipos propios.
Pero el trabajo no se queda en los cuarteles. Veinte comunidades han sido capacitadas para integrar equipos de alerta temprana que previenen que las quemas agrícolas se salgan de control.
Los bomberos de Sigchos no están suficientemente equipados
70 kilómetros al norte, la realidad cambia. En Sigchos, un cantón con 18 460 habitantes y 8 mil hectáreas de vegetación susceptible, el cuerpo de bomberos es mucho más pequeño. Deberían tener 19 uniformados, pero apenas son seis.
Durante los incendios de 2024, que arrasaron 2 mil hectáreas, trabajaron al límite, con el apoyo de cinco cantones vecinos.
Sus recursos: dos autobombas, una ambulancia, un vehículo de intervención rápida, una camioneta y un dron.
El presupuesto anual es de USD 140 mil, y se han visto obligados a optimizarlo. Este año destinaron USD 50 mil para equipamiento forestal.
“Equipos de sapa, una piscina con capacidad de dos mil galones, una bomba, motosierras, se ha adquirido motoguadañas”, indica Camilo Viteri, jefe del Cuerpo de Bomberos de Sigchos.
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Por ahora tres comunidades reciben talleres para conformar brigadas de vigilancia, equipadas con herramientas básicas.
Latacunga y Sigchos son dos realidades opuestas frente a un mismo desafío. El 99 % de los incendios en Cotopaxi son provocados. Y su prevención depende, sobre todo, de la ciudadanía.