¿Qué más se sabe sobre los safaris humanos de civiles ricos en Sarajevo, Bosnia y Herzegovina?

La Fiscalía de Milán indaga si ciudadanos italianos pagaron a milicias serbias hasta $100.000 euros para disparar a civiles por diversión durante la Guerra de Bosnia.
Foto tomada el 25 de junio de 1992 en Saravajo, lugar que estaba en constante asedio por francotiradores que pagaban para matar ´por diversión.()
17 nov 2025 , 06:55
Redacción

El Ministerio Público de Italia abrió una delicada y macabra investigación sobre posibles crímenes de guerra cometidos hace tres décadas. La Fiscalía de Milán busca determinar si ciudadanos italianos viajaron a Sarajevo durante el asedio, ocurrido entre 1992 y 1996, para participar en los llamados "safaris humanos", donde presuntamente pagaban por disparar contra civiles.

El cerco a Sarajevo, capital de Bosnia, fue uno de los episodios más brutales de la Guerra de Bosnia, dejando un saldo de más de 11.500 muertos. La ciudad estuvo constantemente bajo el fuego de francotiradores apostados en las colinas circundantes. Una de las principales arterias de la ciudad incluso fue tristemente apodada como el "callejón de los francotiradores" .

Según la investigación, las milicias serbias serían las presuntas organizadoras de estos viajes. Se sospecha que cobraron "cantidades enormes", que oscilaban entre 80.000 y 100.000 euros, para escoltar a estos "turistas" a posiciones estratégicas desde donde podían disparar con armamento de larga distancia contra la población sitiada.

El promotor Alessandro Gobbis abrió la investigación, catalogando los posibles hechos como homicidio voluntario agravado por crueldad y motivos abyectos. La denuncia se basa en la información presentada por el periodista y escritor italiano Ezio Gavazzeni, quien ha investigado el asunto durante años.

Gavazzeni afirma que su investigación y los testimonios recabados sugieren que existía incluso una "tarifa" macabra. Esta tabla de precios supuestamente incluía valores extras si los blancos elegidos para el asesinato eran niños, lo que subraya la absoluta inhumanidad de los actos.

La denuncia también contiene un informe elaborado por la exalcaldesa de Sarajevo, Benjamina Karic, quien vivió el asedio de niña. Tras el estreno en 2022 del documental Sarajevo Safari, la exalcaldesa interpuso una denuncia penal ante la Fiscalía de Bosnia contra los autores desconocidos de estos crímenes.

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Testimonios anteriores presentados ante el Tribunal Penal Internacional de La Haya ante el juicio de los responsables del genocidio bosnio ya mencionaban la presencia de extranjeros. Un exbombero estadounidense afirmó haber visto combatientes que usaban ropa y armas distintas a las de los militares locales.

Un elemento clave de la investigación es el testimonio de Edin Subasic, un exmilitar y agente de inteligencia bosnio. Subasic relató que, a finales de 1993, tuvo acceso al interrogatorio de un prisionero serbio que confesó haber visto a un grupo de cinco italianos en Pale, cerca de Sarajevo. Estos hombres, que usaban equipo de caza y armas caras, "pagaban a los serbios en Sarajevo para disparar a personas en la ciudad".

La información del prisionero se entregó en su momento a los servicios de inteligencia italianos (SISMI), quienes, según Subasic, confirmaron la información y aseguraron haber neutralizado la actividad a comienzos de 1994. No obstante, la investigación italiana actual busca identificar a los participantes directos.

Los abogados que acompañan a Gavazzeni en la denuncia sostienen que el delito de homicidio con agravante de crueldad no prescribe en la legislación italiana, incluso después de tres décadas. Además, Italia puede juzgar el caso si la planificación u organización de los viajes se realizó en su territorio, lo cual se sospecha que ocurrió en Milán o Trieste.

El escritor Ezio Gavazzeni se muestra esperanzado de que la investigación consiga identificar a los responsables. Él insiste en que no se trata de una "leyenda urbana" y que las acciones se cometían por "diversión y satisfacción personal", no por motivos políticos o religiosos.

La Fiscalía de Milán continúa trabajando con la unidad especial de la policía militar italiana (Carabinieri) para rastrear la evidencia y los nombres de los supuestos "francotiradores de fin de semana", con el objetivo de llevarlos ante un tribunal.

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