Israel amenaza con cancelar sus premios nacionales de cine por premiar una película palestina
La entrega de los Premios Ophir, conocidos como los Óscar de Israel, se vio envuelta en una controversia después de que la película The Sea, una coproducción israelí-palestina, fuera galardonada como la Mejor Película de 2025. El film, que cuenta la historia de un niño palestino que viaja a Tel Aviv para conocer el mar, fue seleccionado para representar a Israel en la categoría de Mejor Película Internacional en los premios de Hollywood.
Sin embargo, el reconocimiento de la película provocó una fuerte reacción del gobierno israelí. El Ministerio de Cultura calificó la ceremonia como "vergonzosa" y anunció su intención de retirar los fondos públicos destinados a la Academia Israelí de Cine y Televisión, la entidad organizadora del evento. El ministro Miki Zohar justificó la medida argumentando que la película "retrata a nuestros heroicos soldados de manera difamatoria y falsa".
La película, dirigida y escrita por Shai Carmeli Pollak, aborda temas delicados como los derechos humanos, la paz y la igualdad en un contexto de conflicto. Durante la ceremonia, el actor palestino Muhammad Ghazawi, de 13 años, se llevó el premio a Mejor Actor, mientras que el actor Khalifa Natour ganó el de Mejor Actor de Reparto. La premiación estuvo marcada por llamados a un alto al fuego en Gaza, lo que añadió más tensión al evento.
Ante las acusaciones del gobierno, la Academia de Cine defendió su decisión, explicando en un comunicado que los ganadores son seleccionados por sus propios miembros, incluyendo a cineastas y figuras culturales, basándose en la "excelencia cinematográfica, la libertad artística y la libertad de expresión". El presidente de la academia, Assaf Amir, elogió la película, describiéndola como una producción "sensible y empática sobre los seres humanos en general".
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Contexto político e internacional
La controversia surge en un momento de gran tensión internacional. Recientemente, la Comisión de Investigación Independiente de la ONU publicó un informe que concluye que Israel "ha cometido y continúa cometiendo genocidio" en la Franja de Gaza. Aunque Israel rechaza estas conclusiones, la polémica en los Premios Ophir pone de manifiesto cómo el arte se ha convertido en un espacio de debate político y social, reflejando las profundas divisiones sobre el conflicto.
Expertos legales locales han señalado que las amenazas del ministro Zohar podrían no tener sustento legal, ya que la autoridad para cortar los fondos no le corresponde formalmente. Sin embargo, estas declaraciones demuestran un claro intento del gobierno de influir en las decisiones culturales y artísticas, buscando alinear la producción cultural con su narrativa política.
De este modo, The Sea no es solo una película sobre un niño que sueña con el mar, sino que se convirtió en un símbolo de las discusiones sobre la libertad de expresión, los derechos humanos y el rol del arte en la visibilización de conflictos. La tensión entre el arte y la política en Israel se hace cada vez más evidente, mostrando que incluso un premio cinematográfico puede generar una crisis política de gran alcance.
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