EE. UU.: autor del tiroteo en escuela católica de Minneapolis anunció sus intenciones en YouTube
Robin Westman, de 23 años, fue el autor de un tiroteo en una escuela católica en Minneapolis. El tirador vivía en un suburbio de la misma ciudad. Según información de las autoridades, en el ataque dos niños de ocho y diez años perdieron la vida y 17 personas resultaron heridas debido a los disparos realizados desde una de las ventanas de la iglesia de la escuela, donde los niños estaban recibiendo misa en horas de la mañana.
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Según un video difundido en redes sociales, el tirador tenía un plan para acabar con la vida de los miembros de la escuela católica en la cual su madre, Mary Grace Westman, trabajó como asistente administrativa hasta agosto de 2021, cuando se jubiló. Su madre señala que en 2021 su hijo solicitó cambiar su nombre de Robert a Robin, aduciendo que se identificaba como mujer.
En el video de 20 minutos de duración, se puede observar a Robin mostrando armas y municiones, así como notas escritas en una libreta sobre cómo realizaría los disparos. También se observan claros mensajes de odio hacia los miembros de la comunidad católica y hacia el presidente Donald Trump.
En algunos de los cartuchos que se observaban en el video, estaba escrito con letras blancas las frases: "¿Crees en Dios?", "¿Dónde está tu Dios?", y "¡Matar a Donald Trump!". Después del ataque, las autoridades encontraron una carta dirigida a su familia en la cual aseguraba tener cáncer y padecer problemas psicológicos. "Creo que me estoy muriendo de cáncer. Es un final trágico, ya que fue totalmente autoinfligido. Me lo hice a mí mismo porque no puedo controlarme y he estado destruyendo mi cuerpo vapeando y por otros medios", decía.
Westman, según información de medios locales, tenía una fascinación por los asesinos seriales y los atentados, lo cual, sumado a una supuesta depresión, desencadenó los acontecimientos de la mañana del 27 de agosto. En su carta también decía: "Desafortunadamente, debido a mi depresión, ira y mi mente retorcida, quiero cumplir un último acto que he estado rondando en mi cabeza durante años", mencionaba.
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El atacante no contaba con antecedentes penales, y las autoridades trabajan para conocer cómo obtuvo las armas con las que acabó con la vida de los dos niños de 8 y 10 años, respectivamente, tras lo cual se suicidó en el estacionamiento de la iglesia donde realizó los disparos.