Colombia declara estado de conmoción interior ante ola de violencia en el país
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, anunció este lunes la declaratoria del estado de conmoción interior, en respuesta al agravamiento de la violencia que azota varias regiones del país. La medida, respaldada por la Constitución, permitirá al Gobierno tomar acciones excepcionales como movilizar recursos, restringir desplazamientos y aplicar medidas de emergencia económica para atender la crisis.
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Violencia en el Catatumbo y otras regiones
El foco más grave de los enfrentamientos ocurre en la región del Catatumbo, fronteriza con Venezuela, donde rebeldes del Ejército de Liberación Nacional (ELN) se enfrentan con disidencias de las FARC y atacan a la población civil. Estos choques han provocado 80 muertos y más de 11 000 desplazados, según reportes oficiales.
En su mensaje en la red X, Petro calificó los actos del ELN como "crímenes de guerra" y subrayó que "el ELN ha escogido el camino de la guerra y guerra tendrá". El mandatario también suspendió las negociaciones de paz con este grupo armado y destacó la necesidad de actuar de manera contundente contra los grupos violentos que perpetúan el conflicto.
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En otras regiones, la situación no es menos alarmante. En el departamento de Guaviare, enfrentamientos entre facciones de las disidencias de las FARC dejaron 20 muertos, mientras que en el departamento de Bolívar, los choques entre el ELN y el Clan del Golfo resultaron en nueve víctimas mortales.
Medidas excepcionales y desafíos
La Fuerza Pública ha desplegado más de 5 000 soldados en el Catatumbo, aunque hasta ahora su principal tarea ha sido rescatar y proteger a las comunidades afectadas. El Ministerio de Defensa anunció que estas operaciones continuarán, mientras que Petro reafirmó el compromiso del Gobierno con proteger a los civiles y buscar soluciones duraderas al conflicto.
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El estado de conmoción interior, que puede extenderse hasta por 90 días, da al Ejecutivo la capacidad de legislar en materias de seguridad y tomar decisiones rápidas para contrarrestar la crisis. Sin embargo, enfrenta el desafío de contener el impacto humanitario y político de este recrudecimiento del conflicto armado en Colombia.