Así fue la canonización de Carlo Acutis y de Pier Giorgio

El Papa León XIV celebró este domingo 7 de septiembre la canonización de Carlo Acutis, considerado el primer santo milenial, y de Pier Giorgio Frassati, hijo del fundador del diario La Stampa. Ante unas 70 000 personas congregadas en la plaza de San Pedro del Vaticano, el pontífice proclamó oficialmente santos a ambos beatos, en la primera ceremonia de este tipo desde el inicio de su pontificado. “Hoy es una hermosa fiesta para toda Italia, para toda la Iglesia y para todo el mundo”, afirmó el Papa al inicio de la misa.

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Durante la solemne celebración, León XIV destacó la presencia de miles de jóvenes y peregrinos llegados de distintos países, a quienes dirigió un mensaje especial. “Es un día de gran alegría. Saludo especialmente a tantos jóvenes que han venido a esta Santa Misa, verdaderamente una bendición del Señor”, señaló el pontífice antes de leer la fórmula latina con la que inscribió a Acutis y a Frassati en el Rollo de los Santos.

¿Quiénes fueron los canonizados?

Carlo Acutis, fallecido en 2006 a los 15 años, es recordado por su fe y su cercanía con la tecnología. Su cuerpo descansa en Asís, dentro del Santuario de la Desposesión, donde miles de peregrinos acuden cada año. Considerado un “influencer de Dios”, su legado se difunde también en internet, con transmisiones en vivo de su tumba a través de YouTube. Su canonización fue posible tras el reconocimiento de dos milagros atribuidos a su intercesión: la curación de un niño brasileño con una rara malformación y la recuperación repentina de una joven costarricense tras un grave accidente.

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Pier Giorgio Frassati, por su parte, murió en 1925 a los 24 años y fue beatificado en 1990 por Juan Pablo II, quien lo definió como un modelo de juventud comprometida con la fe y la justicia social. Su canonización, junto a la de Acutis, refuerza el mensaje del Papa León XIV sobre la importancia del testimonio de los jóvenes en la Iglesia. La celebración en San Pedro marcó así un día histórico para la comunidad católica, que acogió con júbilo a dos nuevos referentes espirituales.