La Flaca Guerrero abre su corazón sobre su proceso personal: No todo lo que duele destruye
María Teresa Guerrero, mejor conocida como La Flaca, fue una de las ponentes del evento Invencibles, organizado por la Cámara de Comercio de Guayaquil y realizado el pasado jueves 4 de diciembre en Guayaquil.
La actriz y presentadora ecuatoriana abrió su corazón al público y compartió la historia que —en sus palabras— se convirtió en “la carrera que no eligió, pero que le tocó correr”. Durante su intervención habló del proceso que inició cuando recibió un diagnóstico que sintió “como una sentencia de muerte”, pero que terminó transformándose en un eje fundamental de cambio en su vida.
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Cruzar la ola -su nuevo lema- nació precisamente de esa etapa. Para ella, vencer el cáncer no fue sólo vencer un tumor, sino "vencer el miedo".
"Ha sido un camino de resiliencia, humildad y valentía...De cruzar la ola por en medio, no bordeándola. Porque la única forma de vencer el miedo es atravesarlo". Escribió en su cuenta de instagram.
También mencionó brevemente que los primeros síntomas fueron confundidos y que el diagnóstico llegó tras insistir en exámenes adicionales, aunque prefirió no entrar en detalles médicos.
Lo verdaderamente importante para ella fue lo que vino después: comprender que la quimioterapia “no era una prueba de felicidad, sino de resistencia”, y que incluso en los momentos más duros descubrió un amor más profundo por la vida.
La importancia de la red de apoyo y la historia de amor
Además, confesó que, aunque el cáncer puede ser extremadamente desgarrador, al mismo tiempo puede resultar profundamente hermoso, y aseguró haber visto el amor más profundo como nunca antes. También agregó que la enfermedad le enseñó a disfrutar cosas que no sabía que tenía: un café, una conversación, el perdón.
"La enfermedad no cambia, pero tú sí puedes cambiar" expresó durante su intervención.
Su pareja jugó un papel importante en el proceso. “Cuando nos conocimos, él me contó que también tuvo cáncer. Tenía una empatía increíble. Cuando le dije mi diagnóstico, me dijo: Quédate conmigo en Texas, yo te voy a cuidar. Yo me voy a encargar de ti”.
A él se sumaron su familia y sus amigos, a quienes llama su manada: “Uno no puede pasar un diagnóstico solo. Necesitamos a esa gente que te sostiene cuando tú no puedes sostenerte”.
"No todo lo que duele destruye, a veces te reconstruye"
Con esas palabras concluyó su relato, que conmovió al público y provocó aplausos y lágrimas. “Ya no soy la mujer que entró al quirófano llena de miedo. Ahora soy alguien que aprendió a soltar, a confiar y a agradecer”.
Su mensaje final estuvo dirigido a quienes también atraviesan su propia ola: "Todos tenemos una ola que cruzar, no solo yo, la mía fue el cáncer, la tuya puede ser una perdida, la enfermedad, el duelo, una decepción, puede ser cualquier cosa y hay que cruzar esa ola".
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