Palencia, juicio político y el caso Isspol

21 oct 2024 , 15:51
Carlos Rojas

Si se consuma la negociación entre el Gobierno y el PSC, para que este bloque tenga la primera Vicepresidencia de la Asamblea, la ministra del Interior, Mónica Palencia, no será censurada y, por lo tanto, seguirá en funciones. Claro, habrá que ver cómo ADN garantiza los 70 votos para que ese cargo pase a manos socialcristianas.

Estas conversaciones ponen al correísmo, gran impulsor del proceso contra la funcionaria, ante un escenario de derrota legislativa que, en pocos días, el país dejará de hablar.

Sin embargo, dentro de este juego que llegará a su desenlace el martes 22 de octubre, la bancada de Construye tendrá que medir con mucha prudencia y olfato los pasos que esté dispuesta a dar. Es decir, sumarse al correísmo en un voto de censura, lo que la encasillaría, a ojos del Gobierno, como parte de una alianza entre archienemigos para perjudicar al Presidente y su política de seguridad.

O, simplemente, optar por la abstención, a sabiendas de que la gestión de Palencia, según Construye, ha significado un duro golpe para un caso emblemático de corrupción que, en su momento, la entonces ministra de Gobierno, María Paula Romo, y el comandante de Policía, Patricio Carrillo, descubrieron: el desfalco al Isspol por más de 800 millones de dólares, en los años finales del correísmo.

Los hechos están claros para Romo. Siempre resultó delicado que la actual ministra fuera abogada defensora de “tres personas que estafaron al Isspol”. Palencia defendió a Xavier Neira, Ricardo Gallegos y Oriana Rumbea.

En diciembre pasado, en una entrevista con Carlos Vera, señaló que la manera en que llevó el caso de Neira permitió que las investigaciones judiciales se transparentaran “y que la Policía lograra recuperar 326 millones de dólares”.

No es una explicación que convence a Construye, sobre todo a la luz de dos hechos recientes: nombrar como viceministro a Lionel Calderón, abogado del Presidente de Decevale. Esta entidad fue denunciada dentro de la operación que perjudicó al Isspol y, por lo tanto, es una línea roja difícil de pasar por alto. Más aún, cuando esta semana se dio la orden para que el coronel Renato González dejara la dirección de esa institución, uno de los rostros que mayor batalla dio para denunciar el desfalco.

Para Construye no es tan fácil denunciar el giro negativo que, en su criterio, ha dado el caso Isspol por cuenta de Palencia, porque, explica Romo, no les alcanzó las firmas para meterlo en el expediente del juicio político.

Por tanto, es un argumento solo quedará para las explicaciones ante la opinión pública, en caso de que su voto sea por la censura.

Construye insiste en que no hay nada que negociar o hablar con el Gobierno en torno al juicio político. Y que su posición final saldrá de un proceso de reflexión interna, pues tampoco la bancada querrá avalar el argumento central del correísmo contra Palencia, en torno a la toma de la Embajada de México, para sacar a Jorge Glas y devolverlo a la cárcel.

En cambio, sí son temas graves que Palencia y el Gobierno se hayan opuesto a que la Asamblea calificara el asesinato contra Fernando Villavicencio como un crimen político y la negligencia que permitió la fuga de Alias Fito, en diciembre pasado.

Son horas cruciales las que se juegan en el cenit de este juicio político.