El Ministerio de Salud, en segundo plano
Que en 10 años y cuatro gobiernos, Ecuador haya tenido 14 ministros de Salud es una señal de que en esta área no se logra construir una verdadera política pública.
Alarmante, pues esta cartera de Estado es prácticamente un país pequeñito en donde se replican todo tipo de problemas: falta de recursos, presupuestos que se dilapidan por corrupción e ineficiencia; penetración de mafias; la necesidad de lidiar con un personal tan grande como complejo, como es el caso de médicos, especialistas, investigadores, enfermeros, residentes y estudiantes, trabajadores de áreas de servicio y administración y sindicalistas.
En esas condiciones, el desafío fundamental para el Ministerio de Salud es atender a los ecuatorianos más pobres de este país, con eficiencia y dignidad. Aquello, por supuesto, no está ocurriendo.
La renuncia Juan Bernardo Sánchez, 37 días después de haberse posesionado, es una muestra de lo difícil que se le ha hecho al presidente Daniel Noboa estabilizar y dar un norte claro a esta cartera.
Todo debería comenzar por la transparencia. ¿Por qué se fue Sánchez? Oficialmente, el Gobierno no ha dado una razón.
Mientras sigue ese silencio, hay voces que argumentan que no aguantó las presiones por haber pedido la salida de los gerentes de los hospitales de la red. Es decir, que este monstruo llamado MSP tiene estructuras y privilegios muy complicados de derrocar. La crisis del hospital Eugenio Espejo es de alta gravedad.
En ese punto llama la atención que Carondelet no le haya dado el respaldo político necesario para que siga con su tarea. O, quizás, al Ministro lo dejaron sin piso dentro del mismo Gobierno. Todo puede ocurrir.
Es un mal indicador para el presidente Noboa que Sánchez haya estado algo más de un mes en esa cartera, tomando en cuenta que su antecesor, Édgar Lama, solo la gestionó por tres meses, que Manuel Naranjo haya estado ocho meses y Franklin Encalada, siete.
Es una inestabilidad comparable con la crisis política que se desató entre marzo y abril de 2021, en plena pandemia, luego de que Juan Carlos Zevallos dejara el Ministerio por el escándalo de la vacuna a su mamá, en la etapa final del mandato del presidente Lenín Moreno. En esas pocas semanas, rotaron tres secretarios de Estado, hasta que asumió Guillermo Lasso, dando al MSP cierta estabilidad con los 14 meses de Ximena Garzón y su exitoso plan de vacunación contra el Covid-19.
Un ministerio que ha sido noticia los últimos meses por el rebrote de tuberculosis en las cárceles, así como de tosferina, fiebre amarilla y leptospirosis en ciertas zonas del país, requiere de una atención gubernamental seria. Qué decir de la necesidad de mantener el abastecimiento de vacunas y que la corrupción y la negligencia no acaparen las medicinas que son de los ecuatorianos.
Como se dijo líneas arriba, los problemas de este sector agravado por la pandemia de 2020 y donde las mafias del crimen organizado han logrado penetrar con la anuencia de los políticos, obliga a que el presidente Noboa no deje al MSP en segundo plano.
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