El gol: la asignatura pendiente de la Tricolor

El hincha ya no se conforma con poco, clasificar no basta, al Mundial 2026 hay que ir competir y trascender, luchando por llegar lo más alto posible.
12 jun 2025 , 15:02
Marco Carrasco

La selección de Ecuador lo ha vuelto a hacer. Por quinta vez en la historia, estará en un Mundial. Y lo logró con dos fechas de anticipación, pese a comenzar las eliminatorias sudamericanas con una sanción de -3 puntos.

El dato es tremendo: la Tri es segunda en la tabla de posiciones, con 25 unidades, gracias a siete victorias, siete empates y apenas dos derrotas. Además, tiene la mejor defensa de Sudamérica, con solo cinco goles encajados. Mérito absoluto.

Pero la fiesta tiene un punto ciego. El gol es la gran deuda de esta selección. En un clasificatorio largo y exigente, Ecuador solo ha anotado 13 goles en 16 partidos. Es el tercer peor ataque de las eliminatorias, apenas por encima de Perú (6) y Chile (9), dos selecciones eliminadas y sumidas en crisis.

Los números son claros y preocupantes. Seis de esos 13 goles fueron contra Bolivia, una selección sin rumbo. Apenas tres goles como visitante. Ninguno frente a Argentina y Brasil. Uno a Perú, uno a Chile, dos a Uruguay, dos a Venezuela y uno a Colombia. Poco. Muy poco para un equipo que sueña con dar el salto de calidad en el Mundial 2026.

Y el contraste duele aún más si miramos al pasado reciente: en el camino a Qatar 2022, Ecuador fue la segunda selección más goleadora, con 27 tantos. Hoy, bajo el mando de Sebastián Beccacece, el equipo ha sufrido una clara involución ofensiva.

La clasificación no debe esconder la urgencia. Si Ecuador quiere dejar de ser solo un participante y convertirse en un verdadero protagonista en el Mundial, necesita reconstruir su ataque.

Jugadores como Willian Pacho y Moisés Caicedo llegan como campeones de Europa (con PSG y Chelsea, respectivamente) y representan a una generación que pide más. Ellos no sueñan solo con estar: quieren competir, trascender y ganar un título con la Tri.

Beccacece ha armado un equipo sólido, pero desequilibrado. Ha sido capaz de neutralizar a gigantes, pero incapaz de generar peligro constante. Ahora le toca asumir el reto que define a los equipos grandes: convertir solidez en contundencia, defensa en gol.

Clasificar con antelación, desde el segundo lugar y habiendo superado una sanción inicial, es un logro incuestionable. Pero este es el momento para mirar más allá. El Mundial no espera a los que se conforman. Ecuador ya sabe lo que es estar. Ahora tiene la misión de marcar la diferencia.

No solo los jugadores han cambiado la mentalidad, los hinchas también, ya no se conforman con poco, ya no ven como un hito lograr una clasificación, la nueva generación quiere ver a su selección competir por llegar lo más alto posible entre los mejores del mundo.

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