Laura Corkill
Laura tenía que usar equipamiento de protección personal cuando visitaba a Leiland-James en el centro de contacto.
"Todavía esperaba que él volviera a casa ", dice ella. "El contacto significó mucho para mí. Incluso les pedí que lo extendieran a unas dos horas. No lo hicieron. No confiaba en ellos [los trabajadores sociales], pero estaba dispuesta a cooperar para recuperar a Leiland", comenta.
Pero con la pandemia de covid-19 se cortó el contacto. En marzo de 2020, cuando el país entró en su primer confinamiento, dice que tomó dos autobuses (un viaje de una hora) y llegó al centro solo para descubrir que estaba cerrado.
Durante los siguientes tres meses, pidió contacto por video. Pero cuando lo consiguió, no fue lo mismo. "Solo quería abrazarlo", dice ella.
Pero lo peor estaba por venir . En julio, el tribunal de familia concedió una orden de adopción para Leiland-James. Laura dice que no le habían dicho que el Ayuntamiento del Condado de Cumbria ya había identificado a su hijo para adopción y había encontrado una familia para colocarlo meses antes.
El Ayuntamiento del condado de Cumbria dice que le dijeron a Laura en abril que Leiland-James debía ser dado en adopción.
Laura lo niega y dice que el tiempo que pasó con Leiland-James en el centro de contacto debería haber indicado que ella podía cuidar a su hijo. Ella cree que se puso demasiado peso en su pasado de abusos y en la suposición de que el bebé correría el riesgo de sufrir daños emocionales en el futuro.
"¿Cómo pueden [los trabajadores sociales] pensar en eso cuando vieron cómo era yo en contacto con el bebé?", pregunta Laura.
Laura también cree que la falta de contacto cara a cara con su hijo a causa del covid-19 y el cierre del centro se usaron en su contra.
El 22 de agosto de 2020, Leiland-James fue colocado formalmente con una madre adoptiva, Laura Castle, con miras a la adopción.
Laura dice que estaba destinada a conocer a Laura Castle, ya que todavía tenía los derechos de paternidad antes de la adopción formal. Pero la hora de la reunión se cambiaba constantemente. Ella dice que los trabajadores sociales le dieron excusa tras excusa . "Leiland estaba mal cuando no lo estaba, o tenían que trabajar. Siempre surgía algo", apunta.
El Ayuntamiento del condado de Cumbria dice que planeó una reunión antes de que se otorgara la orden de adopción, pero todos los involucrados debían estar emocionalmente preparados y la pandemia también causó dificultades.
Laura empezó a sospechar. "Pensé que algo andaba muy mal. Automáticamente pensé: 'Está siendo abusado'".
Me muestra la última foto de ella y su hijo en el centro de contacto. "Es precioso", dice, con la voz entrecortada. Es todo lo que le queda. Nunca volvería a abrazar a Leiland-James.
La última vez que Laura Corkill pudo abrazar a su hijo.
En enero de 2021, el bebé fue trasladado al hospital en ambulancia . Laura Castle dijo a los servicios de emergencia que se había caído de un sofá, se había lastimado la cabeza y que no respondía.
Una trabajadora social llamó a Laura Corkill, pero no le dijo en qué hospital estaba el niño.
"Estuve caminando para arriba y paea abajo toda la noche. Solo quería tratar de averiguar si podía ir a todos los hospitales que pudiera para encontrarlo. Fue malvado no decírmelo", señala.
Al día siguiente, le dijeron que habían trasladado al niño al Alder Hey Children's Hospital en Liverpool.
El Ayuntamiento del condado de Cumbria dice que solo se compartieron detalles limitados con Laura porque sus posibles padres adoptivos estaban con él y no se conocía el alcance de las lesiones en ese momento. Pero al día siguiente, cuando quedó claro que no se esperaba que viviera, llamaron a Laura en una hora.
Un taxi enviado por el Ayuntamiento debía llevarla a Liverpool, pero Laura dice que no llegó. Los trabajadores de Women Out West le proporcionaron transporte.
Laura estaba sola en el hospital cuando llegó. Ella dice que cuando llegó a su habitación, Leiland-James había muerto. Para entonces, Laura dice que el cuerpo de su hijo era evidencia, una escena del crimen y que el personal del hospital no le permitía tocarlo.
Laura dice que instintivamente supo que su muerte no había sido un accidente.
"Dije que quienquiera que lo tuviera, lo había matado. El cirujano me dijo 'teníamos sospechas de esto y se abrió una investigación tan pronto como Leiland-James ingresó al hospital'".
Más tarde, los patólogos dirían en la corte que las lesiones de Leiland-James habían sido un indicador clásico de "traumatismo craneal abusivo", un término que reemplaza al "síndrome del bebé sacudido", y eran de la gravedad que se observa en los accidentes automovilísticos a alta velocidad.
Antes de que Leiland-James fuera puesto bajo su cuidado, Laura Castle había estado de acuerdo con el enfoque de tolerancia cero del Ayuntamiento del condado de Cumbria con respecto al castigo corporal.
Pero durante su juicio por el asesinato en mayo de este año, se supo que constantemente golpeaba y abusaba del bebé. En la corte, fue descrita como egocéntrica, abusiva y violenta.
Ella filmó al bebé angustiado. En mensajes de texto, presumió ante su esposo sobre cómo lo había golpeado y lo describió como "el engendro del diablo" .
En un mensaje de texto, ella escribió: "Sinceramente, no me gusta mucho últimamente, es un absoluto quejica y me arrepiento totalmente de haber hecho esto.
"Aunque necesito dejar de golpearlo porque si empiezo, no me detendré en un punto y no nos llevará a ninguna parte y entonces me siento mal".
Cumbria Police
Laura Castle está cumpliendo una condena de 18 años de prisión.
Estos mensajes de texto y el abuso se ocultaron a los trabajadores sociales, no tenían idea de que este tipo de violencia estaba ocurriendo, pero estaban preocupados por lo que Laura Castle les estaba diciendo sobre el niño.
El tribunal escuchó que un trabajador social informó que Leiland-James parecía inquieto , mientras que otro informó que Laura Castle lo había calificado de "vago" y "grande" y dijo que no lo amaba.
En diciembre de 2020 se había llevado a cabo lo que se conoce como Revisión del niño bajo tutela. Los trabajadores sociales acordaron no apoyar una solicitud para que Laura Castle adoptara formalmente a Leiland-James. Pero cuando le dijeron esto a Laura Castle, ella le dijo a una trabajadora social que "Leiland-James no se iría a ninguna parte".
En mayo de este año, Laura Castle fue declarada culpable de asesinato y sentenciada a 18 años. Su esposo, Scott Castle, fue absuelto de causar o permitir la muerte de Leiland-James en la casa de la pareja. Él le dijo a la corte que en la mañana del ataque fatal estaba durmiendo en la cama después de trabajar en un turno de noche.
Laura Corkill describe a la mujer que mató a su hijo como un "monstruo sádico malvado". Pero también está enojada con el Ayuntamiento del condado de Cumbria y dice que este también debe asumir alguna responsabilidad por su muerte.
"¿Por qué lo colocaron allí? ¿Por qué les tomó tanto tiempo darse cuenta? Deberían haber cancelado la orden de adopción", señala.
Ella también argumenta que el Ayuntamiento necesita ofrecer más apoyo a las víctimas de abuso.
La BBC ha sabido que actualmente hay 26 madres en el oeste de Cumbria, víctimas de abuso doméstico y sexual, que corren el riesgo de perder a sus hijos porque los trabajadores sociales están preocupados por el impacto en los menores.
Todas ellas cuentan con el apoyo de Women Out West. Laura Bell es lo que se conoce como la " amiga McKenzie " del centro: no es una profesional del derecho, sino alguien que puede apoyar a las víctimas de violencia doméstica en el tribunal de familia o cuando se trata de servicios para niños.
Las 26 mujeres a las que apoya deben pasar por procedimientos de protección infantil, a pesar de ser víctimas . Esto se debe a que existe una creencia incorrecta, dice, de que estas mujeres no pueden mantener a salvo a sus hijos.
"Es un escándalo nacional. Muchas veces, estas mujeres víctimas de abuso doméstico o sexual toman la decisión correcta, dejan la relación, intentan obtener ayuda pero terminan siendo victimizadas nuevamente, ya sea por el perpetrador o por agencias destinadas a apoyarlas.
"Nueve de cada 10 veces, tienen que poner a sus hijos a disposición para que tengan contacto con la persona que ha abusado de ellas".
Laura Bell de Women Out West.
Women Out West fue fundada por Rachel Holliday hace tres años. Ella dice que seis madres que enfrentaron abuso doméstico y sexual por parte de sus parejas le revelaron que el Ayuntamiento del condado de Cumbria se llevó a sus hijos y los colocó con sus abusadores.
Parte de la evidencia que reunió con el permiso de las madres, dice, fue entregada al Ayuntamiento hace más de dos años.
"A una mujer le quitaron a sus hijos y los trasladaron junto al padre, y esos niños todavía hacen acusaciones hasta el día de hoy de que él les está poniendo las manos encima.
"Tenemos una cultura de culpar a las mujeres, no de creerle a las mujeres ", apunta.
Como resultado, dice Rachel, las mujeres y los niños están en peligro. Ella dice que sus preocupaciones no han sido tomadas en serio por el Ayuntamiento del condado de Cumbria.
"No importaba ante quién los lleváramos. Era sorprendente que no pasara nada. Mostramos [lo que ocurría] a muchas personas, líderes comunitarios, pero nada cambió".
Rachel Holliday es la fundadora de Women Out West.
El Ayuntamiento nos dijo cuándo se le dieron los nombres de estas mujeres, revisó las denuncias y algunas habían pasado por sus procedimientos formales de quejas. Agregó que las decisiones de separar a los niños de sus padres y dónde deben ser colocados, las toman los tribunales.
Una revisión de salvaguardia de la adopción y los eventos que llevaron a la muerte de Leiland-James encontró que Laura Castle mintió y engañó a los trabajadores sociales sobre su salud mental, física, consumo de alcohol y deudas.
También dijo que la información relevante sobre ella no se compartió entre las agencias. Llegó a la conclusión de que deberían reforzarse los controles sobre las personas que desean adoptar.
A Laura Corkill no se le ha pedido que forme parte de esto.
"Perdí la cuenta de cuántas veces pedí que me devolvieran a mi bebé. Es como si me hubieran borrado de la faz de la tierra. Y cuando llegó a casa, estaba en una caja de madera", dice.
John Readman, del Ayuntamiento del condado de Cumbria, dijo que en el caso de Leiland-James, el tribunal de familia acordó que debería ser colocado en un hogar de acogida después de su nacimiento y que Laura Corkill ha sido apoyada por su propio trabajador social.
Dijo que la muerte de Leiland-James "no debería haber ocurrido y nuestras condolencias van para todos los que lo conocieron".
Un año y medio después del asesinato de Leiland James, Laura Corkill dice que nadie del Ayuntamiento la ha visitado para pedirle perdón ni ha llamado para disculparse . Si le hubieran permitido ir a casa con ella, dice, todavía estaría vivo hoy.
Leiland-James está enterrado cerca de la casa de Laura Corkill.
En el cementerio cerca de la casa de Laura Corkill, hay una pequeña lápida. Las palabras "ido pero nunca olvidado" están grabadas junto al nombre de Leiland-James y el de sus hermanos vivos, los niños que fueron arrebatados a su madre hace años.
Aquí, dice Laura, puede estar en paz con su hijo. Pero podría haber sido muy diferente. Laura dice que los trabajadores sociales querían que el cuerpo fuera incinerado y ella tuvo que luchar para darle un entierro.
"Incluso trataron de escribir el texto fúnebre", dice ella. La BBC ha visto un borrador enviado por un trabajador social, que incluye las palabras: "Leiland, lamento no haber podido ser el padre que necesitabas".
Laura se negó a leerlo y escribió el suyo propio. "Intentaron controlarme al 100%, pero no funcionó. Intentaron hacerme olvidar que era madre, pero eso nadie me lo puede quitar".
El Ayuntamiento del condado de Cumbria admite que ayudó a Laura a preparar el texto fúnebre, pero dice que ella tuvo que tomar las decisiones finales.
Rebecca Todd, de Women Out West, dice que lo que sucedió después de la muerte de Leiland era impensable. "Todo debe ser investigado. Todos los involucrados en este caso deben rendir cuentas.
"Es importante para Laura. Ha sido silenciada y descartada. Controlar a una dama para que mi siquiera puede decidir el funeral de su propio hijo, dónde está su cuerpo, está mal. Es horrible", indica.
Dice que debe haber una investigación pública independiente sobre la decisión de separarlo de la madre.
Laura a menudo se sienta sola en la tumba contemplando lo que podría haber sido: Leiland-James estaría en la guardería ahora . Ella dice que también es el lugar donde nadie puede controlar su tiempo con su hijo.
"Pasé más tiempo con Leiland en la muerte que en la vida. Ahora está en casa. Lo amaba, todo lo que quería era ser una madre adecuada", concluye.
Las fotografías de la BBC fueron tomadas por Adam Walker.