13 abr 2017 , 08:04

Historias de héroes: el bombero que quería la fuerza de Superman

113 personas fueron rescatadas con vida, pero ninguno volvió a sentirse como antes.

Todo el mundo recuerda dónde estaba un día como hoy hace un año. Y así será para siempre. El 16 de abril del 2016 un fuerte terremoto de magnitud 7.8 azotó a Ecuador, especialmente Manabí y Esmeraldas.

 

Eran las 6:58 de la noche y Reinaldo Chanchingre estaba junto a cinco miembros de su familia en la planta alta de su casa en Pedernales cuando de repente todo empezó a estremecerse. “Lo primero que hice fue tratar de poner a salvo a mi familia. Le quité mi bebé de seis meses a mi esposa para intentar bajar por las escaleras, pero el movimiento era tan violento que nos fuimos todos al piso. Estaba seguro de que era el fin del mundo y comencé a pedirle a Dios que nos perdonara”.

 

Asustado, don Reinaldo decidió usar una sábana para bajar a su familia por la parte frontal de lo que quedaba de su casa. Todo estaba colapsado y lleno de polvo lo que dificultaba la visión y la respiración. “Escuchaba las voces de mis hijos y el resto de mi familia desesperados. En ese momento solo pensaba en llevar a todos a un lugar seguro”, cuenta.

 

Don Reinaldo oía gritos a su alrededor. La gente pedía auxilio y fue eso lo que lo motivó a ir al Cuerpo de Bomberos donde trabajaba. Ahí, junto a cinco compañeros que respondieron a la emergencia, formaron grupos de dos personas para salir a ayudar. “Nosotros queríamos ser como Superman, pero nuestras fuerzas no eran suficiente para la magnitud del daño que había”.

 

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El 16 de abril del 2016 un fuerte terremoto de magnitud 7.8 azotó a Ecuador: Foto: Archivo 

 

 

Chanchingre logró salir ileso, pero decidió ir a la calle a rescatar gente, y pudo hacerlo justo antes de que la vida de muchas de esas personas se apagara bajo montañas de cemento.

 

Consciente de lo que estaba viviendo, comprendió que la valentía no era la ausencia de su miedo, sino la fortaleza de luchar por la vida a pesar de tener miedo. El derrumbe de las casas y edificios produjo una nube de polvo, cemento y acero.

 

“El polvo a veces no me dejaba ver nada, mientras los gritos eran cada vez más agobiantes. Yo solo le pedía a Dios que me diera la fuerza suficiente para poder seguir y ayudar a esa madre que buscaba entre ladrillos a sus hijos o a ese esposo que guiado por el último aliento de la voz de su esposa, trataba de sacarla de los escombros”, recuerda. 

 

Don Reinaldo trabajó buscando sobrevivientes por varios días sin parar. Su experiencia como bombero le había enseñado a tener autocontrol en situaciones de alto riesgo y así se mantuvo todo el tiempo, aunque muchas veces se sintió a punto de caer por el cansancio. “La impotencia me invadía a cada minuto porque de verdad quería ayudar a todos, pero en muchas ocasiones tuve que priorizar las situaciones y decidir a dónde era más factible entregar mi energía porque las escenas eran realmente trágicas. Parecía que estábamos en una película de terror”. 

 

El sismo marcó un antes y después para los habitantes de dos provincias costeras y altamente turísticas, donde 113 personas fueron rescatadas con vida, pero ninguno volvió a sentirse como antes. 

 

“Mi vida ha cambiado totalmente. Me mudé con mi familia a una instalación del Cuerpo de Bomberos en Pedernales que estamos usando como refugio. Ahora me conozco mejor a mí mismo, amo a mi familia y valoro lo que tengo todos los días. Celebro que estoy vivo y no puedo olvidar que sobreviví a la fuerza de la naturaleza”, señala Chanchingre.

 

Para este héroe con casco rojo el terremoto también cambió el rumbo de la institución a la que pertenece. Ahora se concentran más en la parte operativa. Entrenan muy duro para dar seguridad y sobrevivir, pues para ser bombero no solo se necesita aprender ciertos conocimientos técnicos, es saber que se deja a un ser amado para ayudar a uno jamás conocido. 

 

 

 

Miembros del Cuerpo de Bomberos de Pedernales - Manabí: Foto: cortesía Reinaldo Chanchingre

 

 

 

Miembros del Cuerpo de Bomberos de Pedernales - Manabí: Foto: cortesía Reinaldo Chanchingre

 

 

 

 

   

Milton Reinaldo Chanchingre Arteaga trabaja en el Cuerpo de Bomberos de Pedernales en Manabí

 

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