16 abr 2021 , 06:24

De la crisis a la oportunidad: ¿cómo emprender en tiempos de pandemia?

En el año marcado por el coronavirus decidieron apostar por una idea de negocio propio.

El mercado laboral también enfermó con la llegada de la covid-19, en diciembre del año pasado la tasa de desempleo se situaba en 4,6%, mientras que, en enero de este año alcanzó el 5,7% a nivel nacional, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC). 

 

El escenario no era fácil, sin embargo, hubo personas que durante la crisis vieron una oportunidad de negocio y buscaron reinventarse para poder sustentar sus hogares. Hoy 16 de abril, en el Día Mundial del Emprendimiento, estas son algunas historias de quienes le hicieron frente a la pandemia y al desempleo. 

 

Instituto para madres

 

Quedarse sin trabajo para Gabriela Valdivieso, experta en disciplina positiva y lactancia materna, fue lo que la llevó a descubrir su pasión. Antes de la crisis sanitaria,  se desempeñaba como directora de marketing de una empresa de químicos, pero al quedarse en casa con su hijo pequeño, cuenta que tuvo “la necesidad de crear ‘Mommy safe place’ al inicio como un blog personal, luego empezó a tener acogida muchas mamás empezaron a seguirme”. 

 

En ese momento decidió que ya no sería solo un pasatiempo. Y buscó a Rebeca Gavilanes, educadora y máster en atención temprana, quien también había perdido su fuente de ingresos, “yo tenía un centro,antes de la pandemia teníamos 30 niños, y luego solo nos quedamos on line con cinco, tuvimos que cerrar”. Juntas convirtieron lo que era solo un blog en un instituto para madres, el fin era brindar “información poderosa en la maternidad, para evitar errores, ser ese lugar seguro y de apoyo para las 'mamis', era algo que en Ecuador no habíamos visto”, destaca Gavilanes. 

 

 

Así, poco a poco empezaron a impartir talleres, consultas, asesoría personalizada sobre lactancia, y estrategias de crianza positiva. “La pandemia no fue amigable con nadie, quisimos tratar de ayudar a la comunidad dando este servicio y siendo asequible para ese hogar que no la está pasando bien”,  describe Valdivieso. 

 

 

Vencieron al virus y emprendieron

 

Richard Sarmiento, se dedicaba al transporte y seguridad de artistas internacionales, “con la pandemia todo el tema de conciertos se paralizó”. Y no solo perdió su trabajo, sino que tanto él como su esposa, Tatiana Benites, se contagiaron del virus. “Fui internado en el hospital de los Ceibos, era un caos, estaba repleto, con mi esposa dormimos dos días fuera del hospital para que nos atiendan, no había habitaciones”, recuerda. 

 

Luego de estar internado por 15 días, tuvo que volver a empezar. “Había que reinventar algo, después de salir del hospital, pusimos un pequeño emprendimiento de venta de camarón, se llamó El Surtidor”, sin embargo apuntaban a más. Así, mientras muchas cadenas de restaurantes cerraban sus puertas, ellos decidieron ir contracorriente y en julio de 2020 abrieron ‘Tacohólicos’, un restaurante para aquellos adictos a los tacos, combinando la comida ecuatoriana y mexicana. 

 

“Decidimos abrir, al inicio fue duro, los primeros dos meses”, confiesa, pero luego una invitación a  cocinar en un canal de televisión les dio el impulso para seguir, “ahí la gente vio nuestra especialidad: la costilla a la barbosa, ahora ya tenemos nuestra clientela fiel”. El secreto para Sarmiento es la constancia y la fe. 

 

 

Arriesgarse para ganar 

Antonella Farina se dedicaba a la publicidad, pero su remuneración por el trabajo no cubría sus gastos, entonces en la búsqueda de tener una segunda entrada económica, decidió emprender en lo único, según dice (entre risas), que podía preparar muy bien en la cocina: el hummus. “Me lo enseñó mi abuela, mi familia es descendiente libanés, entonces era una receta que ha trascendido generaciones, la gente me preguntaba si los vendía”. 

Así, se animó a dar vida a ‘Dodips’, “lo empecé a crear en febrero, cuando ya estaba a punto de ejecutar todo, vino la pandemia y me quedé paralizada”.  A pesar de ello, decidió arrancar con el emprendimiento y con los insumos que tenía a la mano, sin embargo pronto notó lo que hacía falta: “me di cuenta que si no le dedicaba el 100% del tiempo, no iba a crecer, lo vi como un trabajo de verdad”. Tras sufrir un recorte salarial, tomó la decisión: “dije esto me llena mucho más que la agencia, entonces renuncié sin miedo a nada”. 

Fue allí cuando su negocio empezó a evolucionar, “el cambio fue notorio, empecé a vender en locales, saqué el registro sanitario, les toque la puerta a todos, dejando muestras, agotando todos los recursos”.  Además, agregó otros productos como el chimichurri, también receta de la familia.  Farina incentiva que quienes anhelan tener su propio negocio tomen riesgos, pero advierte “tener paciencia porque no se pone más fácil, pero es más llevadero si amas lo que haces”, resalta. 

 

 

 

 

 

 

 

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