05 abr 2018 , 03:26

Crisis en frontera norte deja cuarta víctima mortal

El cabo Wilmer Álvarez había sido herido en la explosión del 20 de marzo en Mataje.

Este 5 de abril de 2018, el presidente de la República, Lenín Moreno, confirmó el fallecimiento del cabo primero Wilmer Álvarez Pimentel, quien permanecía en el Hospital  de Especialidades Nº 1 de las Fuerzas Armadas, en Quito, después de resultar herido el 20 de marzo pasado durante la detonación de una carga explosiva, en el sector de Mataje, cantón San Lorenzo, en Esmeraldas. El uniformado se recuperaba en la casa de salud militar de la capital, tras la amputación de sus dos extremidades inferiores.

El hecho había dejado tres militares ecuatorianos fallecidos y al menos 7 efectivos heridos. Las víctimas mortales de la explosión fueron sepultadas el jueves 22 de marzo de 2018 en Guayaquil, Milagro y San Lorenzo.

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En el mismo sector, un equipo periodístico del diario El Comercio de Quito, fue secuestrado el 26 de marzo de 2018 en la frontera con Colombia por disidentes de la guerrilla. 

Desde que fue confirmado el secuestro, periodistas ecuatorianos realizan en las noches protestas frente al palacio de gobierno, en Quito, así como una campaña en redes sociales para exigir la entrega del equipo de El Comercio, uno de los diarios más influyentes del país.

 

Ecuador está sufriendo una forma hasta ahora desconocida de violencia en la convulsa frontera con Colombia. Y todo apunta a que el acuerdo de paz que comenzó a extinguir la prolongada guerra en Colombia está en la raíz de sus problemas. 

 

Algunos expertos coinciden en que esta inusual oleada de violencia, que ha dejado por ahora cuatro uniformados ecuatorianos muertos en varios ataques en los dos últimos meses, es consecuencia directa del acuerdo de paz firmado a finales de 2016 entre el gobierno colombiano y las FARC.

 

Con 720 kilómetros, la frontera común está delimitada en varios tramos por caudalosos ríos que cruzan los departamentos colombianos de Nariño y Putumayo y las provincias ecuatorianas de Esmeraldas, Carchi y Sucumbíos, que figuran entre las más pobres y abandonadas de ambos países.

 

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