25 nov 2014 , 07:32

Kenianos "ocupan" la calle para denunciar inseguridad del país tras atentados

"La Policía es corrupta, el país no es seguro. La gente está asustada. El Gobierno debe actuar".

Cerca de un centenar de kenianos "ocuparon" el centro de Nairobi para denunciar la inseguridad que atraviesa el país debido a los ataques terroristas perpetrados por el grupo somalí Al Shabab, el último de ellos ocurrido el pasado fin de semana cuando murieron 28 personas en el norte de Kenia.

 

Al grito de "¡queremos seguridad!" y "¡tumechoka!" (estamos cansados), los kenianos se manifestaron ante las oficinas presidenciales y de seguridad del Gobierno keniano, al que acusaron de ser "ineficaz" para "proteger las vidas" de sus ciudadanos.

 

El ataque del pasado sábado ocurrido en Mandera, localidad fronteriza con Somalia, es sólo el último de los atentados perpetrados por Al Shabab como represalia a la presencia de las tropas kenianas en territorio somalí y a las operaciones antiterroristas desarrolladas por la Policía entre la comunidad musulmana.

 

Según cifras de los organizadores de la manifestación, unas 500 personas han muerto en atentados terroristas, sin que el Gobierno o la Policía "haya respondido".

 

El pasado domingo, el vicepresidente keniano, William Ruto, afirmó que las fuerzas de seguridad habían matado a cien terroristas de Al Shabab, supuestamente implicados en el ataque contra un autobús de Mandera.

 

Pese a ello, la inseguridad sigue presente en la localidad, donde cientos de residentes han pedido ser evacuados a otra zona, según informó el diario Daily Nation.

 

Además, los manifestantes mostraron sus dudas sobre la veracidad de las palabras del vicepresidente: "No son creíbles", afirmó a Efe un manifestante, Tony Myakoko.

 

La avenida Harambee, donde se celebró la protesta, se llenó también de cruces rojas representando a las víctimas, además de carteles pidiendo la dimisión del jefe de la Policía, David Kimayo, y el ministro de Interior, Joseph Olelenko.

 

"La Policía es corrupta, el país no es seguro. La gente está asustada. El Gobierno debe actuar", declaró Boniface Mwangi, activista y uno de los organizadores de la protesta.

 

Otro manifestantes denunció a Efe la actitud del actual Gobierno del presidente Uhuru Kennyatta, que "sólo quiere hacerse fotos y olvida que lo elegimos para que nos representara, y nos protegiera".

 

Por su parte, el keniano John Ogot, presente en la protesta, lamentó el miedo generalizado entre los ciudadanos "a morir mañana por una bomba en un 'matatu' (popular furgoneta de transporte público)".

 

Después del asalto al centro comercial Westgate ocurrido el año pasado, en el que fueron asesinadas 67 personas, la seguridad se reforzó en buena parte de Kenia, pero la zona fronteriza con Somalia, en la que apenas existe presencia de las fuerzas de seguridad del Estado, continúa siendo muy vulnerable.

 

Entre los pasados meses de junio y julio, más de cien personas murieron en diferentes ataques perpetrados en el condado de Lamu, que alberga una de las islas con mayor interés turístico del país.

 

El más grave se produjo en la población Mpeketoni, donde el grupo terrorista llevó a cabo una masacre que acabó con la vida de 50 personas, si bien el Gobierno keniano negó que fuera obra de la milicia y lo atribuyó a un conflicto étnico. 

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