07 ago 2020 , 09:33

Lo secuestraron y se reencontró con su familia 34 años después

bbc-cintillo

Wille Castañeda desapareció cuando tenía apenas 14 años.

A los hermanos peruanos Castañeda Rivadeneyra los sorprendió un mensaje de Facebook a mediados de 2018.

Era Wille, el hermano de los Castañeda Rivadeneyra que había desaparecido en 1986, hacía 32 años.

Entonces, dice, fue secuestrado por Sendero Luminoso -el grupo armado maoísta peruano- cuando tenía apenas 14 años para que formara parte de sus filas.

Entre 1980 y 2000, durante el conflicto entre el Estado peruano y Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA) desaparecieron unas 21.793 personas, según el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y Sitios de Entierro de Perú.

La familia del entonces adolescente, que vivía en Huánuco, en los Andes centrales de Perú y parte de la selva, nunca más había vuelto a saber de él.

En el mensaje de Facebook, Wille aseguraba que se comunicaba desde Brasil.

Desconcertados, los Castañeda Rivadeneyra le pidieron ayuda a su cuñada Rosaura Ávila, para ver si reconocía al hombre.

Ávila había estado casada con otro Castañeda Rivadeneyra que también había desaparecido a manos de Sendero Luminoso, pero unos años después de Wille, a inicios de los 90.

La mujer había logrado recuperar y enterrar los restos de su esposo en 2018, a través de la Dirección General de Búsqueda de Personas Desaparecidas (DGBPD) del Ministerio de Justicia (Minjus) de Perú.

Tampoco había vuelto a saber nada de Wille. "Nadie de los hermanos creía que pudiera estar vivo", cuenta Ávila a BBC Mundo.

Pero cuando vio los mensajes y las fotos que había mandado el hombre que se identificaba como tal, lo reconoció de inmediato.

"Mis hijas me decían: 'Mamá, ten cuidado, hay delincuentes que se hacen pasar por otras personas. ¡Qué va a estar vivo mi tío, después de tantos años!'", cuenta Rosaura.

La mujer decidió contactarlo también y volver a la DGBPD para que los ayudara a verificar que el hombre que les había escrito en verdad era el hermano perdido.

 

 

Wille CastañedaDerechos de autor de la imagenWILLE CASTAÑEDA
Image caption Desde que escapó de Sendero Luminoso, Wille ha vivido en Brasil.

 

 

La DGBPD comenzó a investigar y a contrastar información de ambas partes, dijo este organismo a BBC Mundo, y corroboró que "existían muchos datos en común" entre los Castañeda y "la persona reportada".

Entre junio y septiembre de 2019, el Banco de Datos Genéticos de la DGBPD tomó muestras de sangre a los hermanos y al hombre que aseguraba ser Wille Castañeda.

Tres meses después, el Banco de Datos Genéticos confirmó el parentesco.

La DGBPD dijo a BBC Mundo que había investigado el caso y contrastado testimonios independientes e información de la época y corroboró que Castañeda, que ahora vive en Brasil, había sido secuestrado por Sendero Luminoso.

Este organismo había programado un encuentro entre los hermanos para el pasado abril, prácticamente después de 34 años desde la última vez que se habían visto.

Pero la pandemia de covid-19 lo frustró.

La DGBPD programó una reunión virtual de la familia que finalmente ocurrió en julio.

"Fue muy, muy, muy emotiva", dijo Wille Castañeda a BBC Mundo.

Pero ¿cómo había acabado este hombre en Brasil?

Castañeda le contó a BBC Mundo por teléfono su historia, que presentamos aquí en primera persona.

 

 

Línea

 

 

[En Huánuco, Perú] Vivía con mis tías, vivíamos en una comunidad, en una granja, en la casa de unos tíos, que se dedicaban a la agricultura.

Creo que era tarde [el día que me llevó Sendero Luminoso]. Estaba solo en casa.

No recuerdo muchas cosas. Son cosas que me impactaron, así que recuerdo poco.

 

 

Wille CastañedaDerechos de autor de la imagenWILLE CASTAÑEDA
Image caption Siempre había querido reencontrarse con sus hermanos.

 

 

Pero recuerdo que llegó un grupo de personas, todos con capucha, uniformados, vestidos como militares.

Llegaron y me recogieron, dijeron que estaban recogiendo personas para ser parte de ellos, de su grupo.

Creo que pasé casi un mes con ellos, no me acuerdo mucho. No me acuerdo el tiempo exacto.

Caminábamos por los montes, por el bosque. No se quedaban en un solo lugar.

Se detenían por la noche, se quedaban dos, tres días y luego comenzaban a caminar nuevamente por el bosque.

Había unos cuantos niños más, pero un poco más grandes que yo o casi de la misma edad.

No me decían que hiciera nada, no. Parece que a otros sí, pero a mí no.

Yo simplemente iba con ellos, a donde fueran, pero no estaba tranquilo, lloraba, mi vida era una tristeza.

Huida

Uno de ellos había dicho que me mataran porque lloraba, estaba muy triste.

Era pequeño, tenía 13, 14 años y no estaba muy desarrollado, era pequeño, era bajo. Es una historia que... Pasé por muchas cosas tristes.

 

 

Prenda de una persona desaparecida.Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image caption Entre 1980 y 2000, desaparecieron unas 21.793 personas, según el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y Sitios de Entierro de Perú.

 

 

Pero uno de ellos se compadeció de mí, creo que también quería huir, y huimos de allí, nos escapamos sin que nos vieran.

Me llevó a través del bosque. No sé cuánto tiempo había estado él ahí con ellos, pero tenía dinero y fuimos a Iquitos.

Pero no tenía a nadie, estaba en Iquitos abandonado.

Después fue otra persona la que me sacó a la frontera [con Brasil].

Toda mi vida fue un sufrimiento, es difícil volver a hablar de eso.

"Una familia buena"

Primero llegué a Tabatinga, en la frontera entre Perú, Colombia y Brasil, y luego fui a otra comunidad [Castañeda cambió de identidad en Brasil].

Pasé mi adolescencia y mi juventud en el campo, en la agricultura y con personas que compraban pescado, lo revendían... Aquí en Brasil no estudié.

 

 

Familiar de una víctima de Sendero Luminoso.Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image caption Sendero Luminoso y el Estado peruano se enfrentaron de 1980 a 2000. La guerra dejó miles de muertos.

 

 

Me recibió una familia, era una familia buena, viví con ellos durante mucho tiempo, fue buena.

Trabajé con un yerno de la familia, me quedé en su casa, en la comunidad de Santa Rita. Pero dejé la comunidad hace años.

Ahora hace 30 años que vivo en Sao Paulo de Olivenza [a orillas del río Amazonas, cerca a la frontera con Perú]. Aquí trabajo en agricultura.

Búsqueda

Desde que llegué [a Brasil], siempre tuve el deseo de ubicar a mi familia. Ese era mi sufrimiento, no saber cómo estaba mi familia.

Había intentado mucho encontrar a mis hermanos. Siempre los buscaba.

Incluso le escribí al editor de un periódico, diciendo que quería encontrar a mi familia, que yo había estado desaparecido durante mucho tiempo, pero no respondió.

[Años después] Entraba a Facebook y no los encontraba.

Lo dejé ahí, no los busqué por mucho tiempo. Pero en 2018 sentí este deseo, mi corazón me dijo algo, sentí este deseo de volver a entrar a Facebook y buscar a mis hermanos.

No tenía idea de cómo serían mis hermanos de adultos, todo lo que recordaba era nuestra infancia.

Hasta que encontré algo y dije que estos eran mis hermanos y me contacté con una cuñada.

Me respondió preguntando quiénes eran mis padres, mis hermanos. Le respondí y ella también se sorprendió. Se acordó de cuando era pequeño, cuando tenía 12, 13, 14 años.

 

 

Una mujer frente a unos ataúdes de personas muertas durante el conflicto interno en Perú.Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image caption Mucha gente sigue buscando los restos de sus familiares desaparecidos durante el conflicto interno en Perú.

 

 

Fue una gran emoción, se comunicó con todos diciendo que estaba vivo, dijo que todos me consideraban muerto, porque había estado desaparecido tantos años, y fue entonces cuando comenzó mi contacto con ellos.

Reencuentro

Ese momento en que nos conocimos virtualmente fue una gran emoción, una alegría inmensa.

Después de conocernos, a veces hablamos a través de Facebook por escrito.

Yo sabía que un día podría conocer a mis hermanos.

Vivo con mi esposa hace 18 años y tengo dos hijas.

Siempre les dije que era peruano, siempre lo supieron, pero no sabían que tenía una familia.

No sabían mucho porque nunca me gustó comentar, para mí era una pena recordar todo lo que pasé. Era difícil, no quería que lo supieran.

Después de tener contacto con mis hermanos, se enteraron. Ahora ya lo saben y me apoyan, quieren que vea a mi familia.

Mis hijas estaban felices de saber que su padre todavía tiene hermanos, porque pensaban que era yo solo. Están felices de saber que tienen tíos.

Ahora el segundo paso es encontrarme [personalmente] con ellos.

Me había quedado con miedo [de volver a Perú], tenía la sensación de que alguien me iba a reconocer.

Pero después de ver a mis hermanos, que están vivos, no tengo mucho miedo.

Dicen que muchas cosas ya han cambiado allí y gracias a dios hay un equipo de derechos humanos que me está ayudando [la DGBPD], aunque con esta pandemia todo se detuvo.

Lo que quiero es conocer a mis hermanos personalmente. Ese es mi sueño.

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