21 may 2013 , 03:47

El suicidio en Notre Dame, infrecuente pero no excepcional

El 26 de junio de 1989, un hombre se mató al arrojarse desde una de las torres de esta catedral.

El suicidio hoy de un hombre en la catedral de Notre Dame, de París, es un caso infrecuente pero no excepcional.

 

El 26 de junio de 1989, un hombre se mató al arrojarse desde una de las torres de esta catedral parisiense y en su caída mató a una niña que pasaba por allí. Solo 21 días después, un turista alemán también puso fin a su vida lanzándose desde una de sus torres.

 

Según fuentes policiales francesas, hasta principios de los noventa se producían anualmente de tres a cuatro suicidios en Notre Dame. Desde entonces, las medidas de seguridad se han ido incrementando como ya acometió en 1985 el Cabildo de la Catedral de Sevilla, al poner rejas en la Giralda para evitar accidentes.

 

Como en Francia, otros países del mundo han tenidos suicidios en sus templos religiosos. En el mismo Vaticano, un hombre se suicidó de un disparo en la boca cerca del altar mayor de la Basílica de San Pedro en 1999 y un empleado de la Catedral de Cristal, en las afueras de Los Angeles (EE.UU.), se suicidó en 2004 después de abrir fuego en el lugar de culto.

 

Notre Dame, cuyo 850 aniversario se conmemora este 2013, ha sido durante siglos uno de los lugares favoritos para los suicidas al igual que la Torre Eiffel y el Arco de Triunfo.

 

En 1931, por ejemplo, la literata y pensadora mexicana Antonieta Rivas Mercado decidió quitarse la vida en este templo. Su trágica muerte inspiró la película "Antonieta", de Carlos Saura, con Isabelle Adjani como protagonista.

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