06 ago 2018 , 08:49

Analistas económicos difieren sobre deflación en Ecuador

Algunos economistas consideran que la caída del índice de precios no es generalizada.



El Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC) registró en julio, por cuarto mes consecutivo, deflación en la economía del país: la inflación en ese mes se situó en -0,004%.

 

 

Frente a ello, los criterios de dos economistas difieren. En opinión de Alberto Acosta Burneo, editor de Análisis Semanal, lo que se vive no es una deflación porque esta se produce cuando no hay plata, pero aquí la caída de los precios no es generalizada. “Los servicios siguen subiendo sus precios, pero en una manera desacelerada. En bienes transables caen los precios”, comentó.  

 

 

Por otra parte, el economista Fidel Márquez, rector de la Universidad Ecotec, explica que la deflación es un proceso que se da cuando la variación en los índices de precios al consumidor tiene un comportamiento decreciente. “Es un proceso deflacionario en la economía o, en otras palabras, un reajuste de precios que alcanzaron durante los últimos años”. “Es tan malo como una inflación enorme”, manifestó. 

 

 

Acosta Burneo considera que esta “inflación negativa” se da luego de que en la bonanza, la década pasada, los precios subieron aceleradamente porque hubo muchos ingresos de petrodólares por los precios del crudo, “pero el Gobierno aplicó una política de sustitución de importaciones. Había mucho dinero, pero había restricción en la oferta de productos y los precios subieron aceleradamente y el Ecuador se encareció durante una década”.

 

 

Luego caen los precios del petróleo durante el 2014 y el país comienza a ajustarse a la nueva realidad. Según el editor de Análisis Semanal, “se llega al punto de que las empresas deben comenzar a reducir sus precios para seguir vendiendo. Y esto estamos viviendo desde septiembre de 2017. Es un proceso necesario para abaratarse luego de que la economía se había encarecido durante la bonanza”. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

LEA: Esmeraldas registra índice más bajo de inflación en julio 2018

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Según los índices del INEC, rubros como alimentos y bebidas no alcohólicas, calzado y transportes están entre los que más han bajado sus precios en forma anual. Márquez dijo que en muchos de estos rubros antes había productos importados con altos aranceles. “Los alimentos y bebidas no alcohólicas y el transporte, por la alta demanda que tienen, si tienen un comportamiento de crecimiento de precios. Pero restaurantes, comunicaciones, artículos para el hogar tienen un comportamiento más hacia la disminución porque esto la familia puede dejar de consumir”, menciona. 

 

 

Esto se produce por una sobreoferta y una disminución en la demanda agregada. “La gente está demandando cada vez menos estos productos”, dijo y agrega que “los precios suben muy rápido, pero hay un compás para que los precios disminuyan. Usted consume en función de los recursos que tiene”, explicó. 

 

 

Alberto Acosta Burneo opina que la reducción de esos precios es un mecanismo para que las empresas sigan vendiendo y que va a seguir por tiempo más. “Estamos viendo una corrección en los precios tanto en los bienes de consumo como en los insumos de bienes para producir esos productos. Es una caída por ese lado, pero por el lado de los servicios no hay caída, más bien siguen creciendo sus precios”, añadió. 

 

Él considera que esta inflación negativa no es mala para la economía. “Es un proceso necesario porque no podemos seguir siendo un país tan costoso. Los precios tienen que reducirse para retornar a un nivel competitivo. Cuando se reduzcan lo suficiente podrá ser de nuevo rentable producir más, vender más”, señaló. 

 

 

Considera que el proyecto de Ley de Fomento Productivo apuntará a reactivar la inversión en estas circunstancias y así se generaría más producción y más riqueza. 

 

 

 

 

 

El rector de la Universidad Ecotec recomienda que se busquen los estímulos para incrementar la demanda y generar empleo. “Si las personas no tienen empleo, no tienen ingresos y no pueden consumir más. Así los niveles de demanda agregado tienden a disminuir”, indicó.

 

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