11 ene 2016 , 03:56

Betibú, la receta para vivir despierto

Todos querrán saber quién mató a Chazarreta. Y a la mujer de él…

 “Todavía no sabe que Pedro Chazarreta está muerto. La noticia va a correr rápido, pero no tanto”. Betibú es una novela que va entre lo policial y psicológico, y en cualquiera de sus 345 páginas es fácil encontrar frases que enganchan. Su autora mantiene al lector tan atento, que –¡advertencia!- incluso puede perder el sueño solo para continuar leyendo.

 

Claudia Piñeiro (Gran Buenos Aires, 1960) tiene un estilo cargado de cotidianidad y verosimilitud. Ella despliega todo su talento narrativo para contar la investigación de un crimen y trazar el retrato de su país, Argentina.

 

Lectora aguda de la realidad y de los comportamientos sociales, la escritora echa luz sobre las relaciones entre periodismo y el poder y sobre los cambios que se han producido en los medios de comunicación, especialmente por la Internet que está haciendo periodistas cada vez más cómodos y ligeros.

 

Betibú

 

 

Libro en mano, no podrá dormir… Todos querrán saber quién mató a Chazarreta. Y a la mujer de él… Y a todos los que aparecen en una extraña foto. Es casi como una trama diabólica, hasta que se va desenrollando la madeja. El lector siente que está

 

en los lugares donde ocurren los crímenes, en la sala de redacción del periódico El Tribuno, en el carro donde van los periodistas. En todos lados. La descripción de los escenarios y el buen manejo de los planos discursivos (para pasar de una escena a otra con mucho orden y facilidad) hacen que crezca la curiosidad para conocer al asesino.

 

Editada bajo el sello Alfaguara en 2010, Betibú ha recibido aplausos de la crítica literaria, al punto de que cuatro años después la obra fue llevada al cine. Alfaguara presenta así este libro: “Cuando parece que la tranquilidad ha vuelto a reinar en el country La Maravillosa, Pedro Chazarreta aparece degollado, sentado en su sillón favorito, con una botella de whisky vacía a un costado y un cuchillo ensangrentado en la mano. Todo hace suponer que se trata de un suicidio. Pero pronto aparecen las dudas. ¿Acaso algún justiciero habrá querido vengar la muerte de la mujer del empresario, asesinada tres años antes en esa misma casa? ¿Será esta la última muerte?”.

 

Betibú

 

El hecho mueve a la redacción de El Tribuno, uno de los diarios más importantes. Al escenario del crimen envían a Nurit Iscar, una escritora retirada, y a un periodista joven e inexperto. Y aunque el antiguo jefe de la sección Policiales, Jaime Brena, ha sido desplazado a un área de lo más aburrida, él decide volver al ruedo: se involucra en la investigación del caso, para ayudar a su reemplazante y a Nurit, a quien admira en secreto.

 

Las notas de Nurit en el periódico son espectaculares. “Este lugar, día a día, es ganado por el silencio. Dos muertes tan extrañas y a su vez tan similares, en la misma casa, dentro del mismo club de campo, desconciertan y aterran a los vecinos”. La historia está sinérgicamente hilvanada. Y el lector -¡se los juro!- no deja de sorprenderse. Es más, tengo ganas de contarles quién es el matón. Pero mejor no. Porque deben ir a buscar Betibú ya. Y enamorarse de la pluma de Claudia Piñeiro, que encanta con su literatura, que encanta con su trama policial.

 

Betibú

 

 

*Esta reseña va dedicada con infinito cariño a María Mercedes Murrieta Rosas (@mariamercedes79). Ella, amiga, colega y compañera de aventuras, me regaló Betibú con una dedicatoria tan clara que he usado varias de sus líneas en este texto. También le agradezco por acercarme a las letras de Claudia Piñeiro, que se está convirtiendo ya en unas de mis autoras favoritas. 

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