Lo que a las madres no les dicen sobre el parto y la maternidad

Lo que a las madres no les dicen sobre el parto y la maternidad
08 dic 2018 , 02:40
Redacción

"Poco sabía de lo que significaba el proceso de hacer crecer un niño dentro de tu cuerpo".

Hollie McNish es una poetisa británica que escribe sobre la maternidad: desde las náuseas matinales del embarazo y el amamantamiento en público hasta la imposible misión de terminar una taza de té antes de que se enfríe. Y cree que los tabúes todavía impiden que la gente hable abiertamente sobre el nacimiento y la crianza de un niño.

Hasta que dio a luz a su tercer hijo, mi abuela, que ahora tiene 90 años, creía que tal vez los dos primeros le habían salido por el culo.

La semana pasada, cuando la entrevisté para una serie en (el programa de la BBC) Woman's Hour, me contó esa historia una vez más, pero la remató con una frase, preocupada: "¡Por supuesto que eso no lo vas a decir en la BBC!"

Creo que lo que quería decir era: "Por favor, que eso no salga en la radio, a ver si lo escuchan mi amigas del club de bridge".

La primera vez que hablamos del tema fue cuando yo estaba embarazada.

Cuando mi abuela dijo las palabras "nacidos de mi culo", yo casi escupo el té que siempre me prepara cuando nos sentamos a charlar en los dos sillones de su sala.

Le pedí si me contaba esa historia una vez más después de haber dado a luz a mi hija.

Para entonces estaba incluso más interesada (y bastante más enojada) en los tabúes que todavía rodean la maternidad. 

Todo camuflado bajo fotos de sillones impolutos, camisas blancas bien planchadas e imágenes idílicas de familias sonrientes dando una caminata por la playa en compañía de un labrador de pelo sedoso.

Lo que callamos

Después de haber pasado por la experiencia de dar a luz, 

Es cierto, durante el trabajo de parto a mí también me dijeron que "pujara por atrás" y se sintió un poco así. Pero después de haber recibido parvas de información en torno al "evento" (no se me ocurre una palabra mejor para definirlo), no había ninguna posibilidad de que estuviese confundida.

Así que cuando me pidieron que pasara dos meses entrevistando a madres y padres sobre sus experiencias de crianza, casi supliqué que me dejaran entrevistar a mi abuela: tomarme una taza de té con ella en los sillones, como hacemos siempre, sólo que esta vez con un micrófono al frente.

Al principio ella estaba nerviosa, pero al rato se relajó. La historia del culo fue sólo una de las muchas cosas que al parecer había querido sacarse de adentro por más de 65 años.

Aunque fue gracioso al principio, el relato fue tornándose triste. 

"¿Y qué te dijeron del sangrado después del parto?, le pregunté. Tampoco eso lo pudo discutir con nadie.

Para ahorrarle un momento embarazoso a mi abuelo y a todos los demás, tenía que fingir que esas cosas simplemente no ocurrían y seguir adelante con lo suyo, criando bebés y niños con una sonrisa cortés, vestida con trajecitos a juego bien planchados y el pelo prolijo marcado con rulos.

Sin sangreTengo el recuerdo vívido de cuando, durante mi adolescencia, le pregunté a mi mamá por qué mi abuelo se levantaba y se iba de la habitación cada tanto cuando la televisión estaba encendida.  Por entonces, aquello me hizo gracia.

Siempre adjudiqué esas diferencias a la brecha generacional: mi abuela dio a luz hace 70 años. 

Pero las cosas han cambiado, pensé yo. Mi hija tiene 6 años y corre por la sala de mi abuela cantando "la palabra" con desparpajo, mientras mi abuela se sumerge en su té murmurando un "supongo que realmente es mejor que sea así abierta, pero…"

Luego, pasé los dos meses siguientes viajando a casas, hoteles y pensiones para entrevistar a otros padres cuyas historias tampoco han sido contadas, escondidas de toda visión de la maternidad o la paternidad construida por los medios de comunicación.

Estoy convencida de que éste es uno de los tabúes más grandes y dañinos que tenemos, no sólo uno de generaciones anteriores sino uno vigente al día de hoy.

Escondidas y señaladasLa segunda entrevista que hice fue con dos mujeres geniales, una madre de un bebé y otra con un niño de unos 2 años. Ambas habían quedado embarazadas cuando estaban en el colegio y 

Con el dedo acusador apuntando a su vientre crecido, me contaban, la gente se negaba incluso a cederles los asientos reservados para embarazadas en los autobuses locales. Recibieron mucho apoyo, pero a la vez pasaron por mucho trauma.

Las dos me hablaron de los sacos holgados y sin forma que empezaron a usar para "esconderse" debajo. Otra vez pensé de inmediato en mi abuela, que  Pensé en toda la ropa amplia que ella misma habría usado.

Muchas veces mi abuela había hablado de cómo un cuerpo con un vientre prominente no es "para mostrar en público". Buscando en internet imágenes de madres famosas, de vestidos que dejan la panza perfecta al descubierto, de fotos en Instagram donde se celebra el embarazo, pareciera que esa incomodidad ya no existe. Pero no creo que ése sea el caso.

Los pechos prohibidosLuego están las historias del amamantamiento. No los problemas físicos que muchas madres experimentan a la hora de dar el pecho a su recién nacido, sino  y a muchas otras, sobre todo jóvenes, con las que he charlado.

Otra vez, pensé en mi abuela. Ella nunca dio el pecho frente a nadie. "No, no, jamás", enfatiza.

Chante, la primera madre joven que entrevisté, Nos reímos juntas y yo le conté de mi abuela.

Durante dos meses, escuché relatos mientras sorbía lentamente muchas tazas de té. Son tantas las voces ignoradas en el "planeta maternidad" que dibujan los medios.

Escuché a madres de pocos recursos que viven en el cuarto piso de una vivienda subsidiada y deben cargar el cochecito del bebé escaleras abajo, escaleras arriba.

Escuché el relato de una madre primeriza que se paró en el techo del edificio donde vive en un intento por acabar con su vida, 

Escuché a una madre que había tenido que emigrar y se sentía perdida en un país donde no habla la lengua ni reconoce la comida y tiene miedo hasta de salir de su apartamento.

Escuché a un padre temeroso por desobedecer las ideas sobre la buena paternidad que le había inculcado su madre.

Y aprendí que esto no es solamente un asunto generacional: la maternidad, la paternidad, 

Preferentemente, con una taza de té en mano.

Si quieres escuchar los episodios de radio (en inglés) sobre el tema que grabó Hollie McNish, haz clic aquí: "

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