¿Por qué tantas iglesias en Bogotá tienen forma de nave espacial?

El más emblemático edificio religioso moderno de arcos parabólicos de Bogotá es la capilla de los Santos Apóstoles
25 abr 2017 , 08:47
Redacción

El más emblemático edificio de arcos parabólicos es la capilla de los Santos Apóstoles.

Las ciudades con carácter tienen elementos que llaman la atención. Pueden ser muchas cosas, desde la música hasta las avenidas o los parques y arboledas, pero suelen ser edificios o grupos de edificios.

Hoy se podría decir que, además de los cerros y la arquitectura colonial del centro, contribuyen decisivamente al carácter y la identidad de Bogotá las iglesias con forma de naves espaciales o cohetes:.


La capital colombiana tiene cerca de , de las cuales unas 20 son edificaciones coloniales, otras 100 republicanas (de la primera mitad del siglo XX) y unas 800 modernas, le dice a BBC Mundo Mauricio Uribe, arquitecto y director del Instituto Distrital de Patrimonio Cultural de Bogotá.

"El patrimonio religioso de Bogotá es muy importante", señala.


Con forma de nave espacial, con sus característicos arcos parabólicos, que son a la vez paredes y techo, , lo cual no deja de ser un número muy importante en una ciudad de unos 8 millones de habitantes.

Todas fueron erigidas entre la década del 30 y fines del 60.

"Hangar de Dios"¿Cómo aparecieron? Lo responde el siguiente párrafo del libro de reciente publicación "Arquitectura sublime: el patrimonio religioso de Bogotá", que Uribe dirigió.

"Las transformaciones sociales, políticas y económicas a partir de los años 30, el desarrollo urbano de las ciudades, las influencias culturales foráneas, sumadas a la búsqueda de una identidad arquitectónica propia y a las posibilidades que ofrecían los nuevos materiales, hacen que, dejado paulatinamente el historicismo propios del período republicano,.


Uno de los grandes referentes para estas iglesias es el arquitecto brasileño Oscar Niemeyer y una de sus obras en particular: , erigido en Belo Horizonte a principios de la década de 1940.


Se dice que Niemeyer encontró inspiración en el devoto poeta francés .

La Iglesia en Brasil no pensaba lo mismo, durante años rechazó el edificio y recién aceptó consagrarlo en 1959.

Hay algo más: uno de los grandes exponentes de la arquitectura moderna, el suizo-francés , que nunca se implementó.


Del campo a la ciudadTal vez esa aparición de grandes obras religiosas modernas en Bogotá estuvo : un crecimiento del producto interno bruto del 5% anual entre 1945 y 1955; y la necesidad de satisfacer la demanda de espacios de culto para una creciente población urbana, que pasó del 31% en 1938 al 39% en 1951 y 52% en 1964.


O tal vez pueda hallarse un antecedente a esta apertura en lo arquitectónico en la llamada República Liberal (1930-1946), de la que dice Daniel Mitchell en su libro "Palabra colombiana": ; un capítulo de la historia que rompió con la herencia conservadora que la antecedía, que se enfrentó a los poderes establecidos privilegiados; a los latifundistas, a los comerciantes, a la iglesia, a la burguesía".


"En los espacios católicos dedicados a la educación, los cuales cuentan con sitios dedicados a las celebraciones litúrgicas, buscan renovaciones acordes con las necesidades del momento", sugiere José Reinaldo Tibaduiza Cordero en su tesis de maestría de historia y teoría del arte, arquitectura y ciudad, dedicada a las obras religiosas modernas de Bogotá.

, agrega.

Juvenal MoyaDe acuerdo con todos los especialistas , del norte de la ciudad.


Fue construida en 1954 por el arquitecto, cuenta el experto en patrimonio: "Hace unas cinco iglesias de este tipo y otras adicionales".

El mismoen uno de sus viajes a Bogotá, cuenta Tibaduiza Cordero en su tesis que está especialmente enfocada en la obra del arquitecto colombiano.


Pero Moya no fue el único que utilizó este tipo de diseño.

Por ejemplo, en el barrio San Cristóbal, en el sur de la ciudad, hay otra iglesia moderna de Jorge Gaitán Cortés, arquitecto que luego fue alcalde de la ciudad. "Hecha con ladrillos de fábricas de la zona", recuerda Uribe.

La clave, siempre, son las bóvedas parabólicas.


Ahorro en la estructura y gasto en el arte

"Dan una sensación de ligereza", señala Uribe, "y se alcanzan formas y alturas considerables con un recurso técnico muy sencillo, que finalmente es lo que tienen en general las iglesias, en las iglesias históricas hay mucha decoración pero finalmente la solución espacial es muy simple".

Además, agrega: ", porque las bóvedas que van de piso a cielo y otra vez al piso hacen las veces de muro y cubierta a la vez, tienen diez centímetros de espesor esas bóvedas y están en perfecto estado".

Al ser más económica la estructura, los arquitectos como Moya podían permitirse.


Los enormes vitrales de la capilla del Gimnasio Moderno, por ejemplo, fueron encargados a una fábrica especializada en Francia.

No sólo en la capital hay iglesias modernas, también se construyeron en otros lugares de Colombia (y, por supuesto, del mundo), como en la ciudad de Cúcuta, capital de Norte de Santander, del que era originario Moya, o en Cali o Medellín.

"Pero sin duda las más importantes están en Bogotá", sentencia Uribe.

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