El lenguaje secreto del amor en los países en los que la homosexualidad es ilegal
La violeta azul es una metáfora para referirse al amor lésbico.
Durante los últimos meses, la BBC estuvo hablando con docenas de jóvenes lesbianas en Burundi, país del este de África donde la homosexualidad es ilegal.
Cuando hablan en redes sociales o aplicaciones de chat, usan memes y símbolos secretos para identificarse entre sí.
Para las ilustraciones de este artículo, los hemos reemplazado con unaya que las mujeres lesbianas a principios del siglo XX regalaban violetas a sus novias.
La violeta azul es una metáfora y no una etiqueta perteneciente a este grupo ni, hasta donde sabemos, a cualquier otro grupo LGBT en el este de África o la región de los Grandes Lagos.
NellaNella envía una foto a la BBC utilizando una aplicación encriptada.
Es una foto de ella, sentada en una silla con niños pequeños a su alrededor.
"Mis hijos", escribe ella. "Tienen menos de 10 años".
Todos posan para la cámara, con expresiones cómicas e infantiles en el rostro.
Nella lleva un hijab.
Luego, llega otra foto.
En esta nueva imagen lleva pantalones sueltos y una camiseta ajustada.
Se le ve su pelo negro rizado, que cae sobre sus hombros.
Está sentada en una mesa en un restaurante al aire libre, con el brazo alrededor de una mujer joven que lleva el cabello arreglado en trenzas "cornrow" (pegadas al cuero cabelludo).
Ambas mujeres sonríen ampliamente.
Es la primera vez que puede presentarla de esa manera a alguien, dice ella.
Se siente bien.
Su familia no sabe sobre su relación, por supuesto.
Pero a ella no le preocupa que alguien de su comunidad las descubra se si encuentran en la calle.
Ella confía en que no la reconozcan, porque cuando va a verse con su novia, se quita el hijab que lleva en casa.
NiyaMientras crecía, Niya nunca sintió atracción por los varones.
Cuando cumplió 22 años, conoció a una mujer, también de veintitantos años, a través de amigos en común.
Unidas por su amor por la música, las dos mujeres se hicieron amigas rápidamente.
relata Niya.
"Pensé '¡WOW!'".
Niya fue a su casa y pensó en el tema.
Comenzaron a salir en secreto. Iban a comer, a comprar, a bares.
Para el mundo exterior, eran dos amigas íntimas que hacían cosas juntas.
La relación no duró mucho, pero al menos una cosa ya estaba clara.
Niya sabía ahora.
Sintió que tenía que contarle a alguna persona de su familia inmediata. Eligió a uno de sus hermanos.
"Solo me hizo dos preguntas: '¿Hace cuánto que lo sabes?' y '¿estás segura?'", recuerda.
"Respondí: 'Dos años'. Y 'sí, estoy segura'", cuenta.
Ella dice que estaba segura porque, igual que Nella, había pasado mucho tiempo investigando sobre el tema en internet.
Niya había buscado videos en YouTube de lesbianas blogueras en otras partes del mundo, visto películas sobre parejas del mismo sexo, y leído muchos informes sobre comunidades de lesbianas, bisexuales y queer (LBQ).
Como resultado, comenzó a entender el lenguaje de internet.
"Utilicé muchos memes, memes específicos, para llegar a otras mujeres", indica.
(Cuando la BBC le dice a Niya que usaremos imágenes de la violeta azul para ilustrar los memes de esta pieza, Niya responde: "Perfecto. Es nuestra revolución secreta de la violeta").
Un rompecabezas empezaba a encajar lentamente.
Los dos se abrazaron.
Esa fue la última vez que hablaron del tema.
LeilaA los 21 años, Leila estaba saliendo con un hombre.
Pero algo iba mal.
"No estaba muy interesada", dice. "Pensé que tal vez era porque el tipo no era guapo. Así que lo dejé y empecé a salir con un chico lindo".
Tampoco funcionó.
Entonces un amigo le preguntó si estaba segura de que no prefería a las mujeres.
Ya no tenía sentido mentirse a sí misma.
Soy lesbiana, se dijo Leila internamente. Pero pensaba que todavía había la esperanza de que
Como un último "intento", Leila oraba, meditaba y hasta se enojó consigo misma.
Luego, lentamente, sus defensas se desgastaron.
Al igual que Niya y Nella, comenzó a buscar conexiones con el mundo exterior, viendo videos en Facebook y YouTube.
"Tal vez estoy sola en Bujumbura (ciudad en Burundi) pero no estoy sola en el mundo", pensó.
SuerteHay dos formas de que las mujeres lesbianas y bisexuales se encuentren en Bujumbura: por suerte y por internet.
"Conocí a Leila en el trabajo", dice Niya.
No hubiera habido otra manera de encontrarnos.
Las dos se hicieron amigas rápido.
"Es difícil describir cómo se encuentran exactamente las personas homosexuales en África", dice Leila. ". Te conviertes en un experto en captar las vibras de otras personas, porque gran parte de la comunicación es no verbal. Te conviertes en experta en lenguaje corporal, en contacto visual".
Leila, Niya y más tarde Nella formaron una comunidad. "Ahora hay decenas de nosotras", dicen.
Se ven como de Burundi.
Lado oscuroEn 2009, el gobierno de Burundi promulgó un nuevo código penal que castiga las relaciones entre personas adultas del mismo sexo.
Las sanciones incluyen una pena de hasta dos años de cárcel y/o una multa de hasta 100.000 francos.
Se sabe muy poco sobre los en Burundi.
Un informe de 2009 citado a menudo por Human Rights Watch señala que hay solo 10 miembros de la comunidad LGBT, con solo una lesbiana.
La BBC ha hablado con decenas.
"Nuestra comunidad es ", dice Niya.
Esperan que esto sea solo el comienzo de la conversación.
El comienzo de una "revolución de la violeta".
* Ilustraciones de George Wafula.
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