Carolina, una rata gigante africana entrenada por una ONG, se jubiló tras detectar enfermedades en África
Hasta hace poco, Carolina trabajaba de lunes a viernes, con los fines de semana libres.
En sus siete años de carrera, había detectado más de 3 000 casos de tuberculosis que los centros de salud habían pasado por alto y probablemente había evitado la infección a más de 30 000 personas.
Carolina es una rata gigante africana que puede analizar 100 muestras de flema para detectar la tuberculosis en 20 minutos, mucho más rápido que un ser humano, que tarda cuatro días en procesar la misma cantidad de información con un microscopio. Y forma parte de un equipo de 40 ratas que pertenecen a la organización sin ánimo de lucro APOPO que ayudan a combatir esta enfermedad de tuberculosis en Tanzania y Etiopía.
Estas ratas no son las que conocemos en las ciudades, son tranquilas, más fáciles de adiestrar que algunos perros, y su cuerpo puede superar los 33 centímetros, con una cola igual de larga.
Viven hasta 10 años en cautiverio y son capaces de trabajar durante 7 u 8 años. Su agudo olfato les permite detectar compuestos orgánicos volátiles específicos de la bacteria de la tuberculosis, incluso entre otros miles de olores presentes en las muestras.
Leer más: Cómo renovar tu cocina o baño sin gastar mucho: trucos de expertos
El programa HeroRATS de APOPO comenzó en los años noventa, centrado en la detección de minas terrestres, ya que estas ratas son lo suficientemente ligeras como para no activarlas. Luego, evolucionó hacia la detección de tuberculosis, una crisis de salud pública urgente, especialmente en África.
Cada caso de tuberculosis detectado por una rata se traduce en la prevención de 10 a 15 nuevas infecciones humanas, ya que cada enfermo tiende a contagiar a esa cantidad de personas. Esto significa que el año pasado, solo en Tanzania y Etiopía, el programa evitó casi 400.000 nuevos casos.
Carolina disfruta de su merecida jubilación junto a su amigo Gilbert, otra rata detectora de tuberculosis retirada, en un gran recinto al aire libre que el equipo de APOPO llama cariñosamente nuestra Florida. Allí, les fabrican juguetes nuevos cada semana para mantenerlas activas.
También te puede interesar: Horas espejo: ¿Mensajes ocultos o simples coincidencias?